Lady ________ sabía que la...
esclavitud era el destino de las mujeres capturadas por los vikingos.
Brutalmente raptada por un hombre sin escrúpulos, ella había jurado vengarse,
enfrentarse a él hasta la muerte y no someterse jamás a su voluntad.
Lo malo es que ese Vikingo era padre de Tom Kaulitz....

viernes, 23 de noviembre de 2012

"CAPITULO 25"




La enorme casa de piedra se erguía ante ellos bañada en la suave luz azul de la aurora boreal. Era de noche cuando llegaron al establo. Erin vino corriendo desde el fondo con una expresión de alivio y alegría en su cara castigada por los años. Esa expresión rápidamente cambió por otra de paternal gravedad.

— ¡Qué vergüenza, muchacha, que hayáis huido así de nosotros! — dijo en tono de rezongo, aunque sus ojos todavía brillaban dándole la bienvenida.

— No huí de vos, Erin, sino de él — replicó _________, ignorando la presencia de Tom.

— Bueno, me tuvisteis muy preocupado — continuó Erin— . Por lo menos, hubierais podido aguardar la primavera para tener menos posibilidades de morir helada.

— ¡Basta, Erin! — ordenó Tom, y tomó a __________ rudamente de un brazo.

Ella no tuvo ni siquiera una oportunidad de despedirse de Erin pues Tom la arrastró enseguida en dirección a la casa. Cuando se aproximaban a la entrada secundaria, él dobló a la derecha, hacia el costado de la casa, y __________ se detuvo inmediatamente.

— ¿Adónde me lleváis?

El no respondió sino que siguió arrastrándola. __________ se resistió, haciéndole más difícil la marcha. Sabía adónde la llevaban, aunque no podía creerlo. Sobre el otro lado de la casa, frente al fiordo, había una puertita de madera.

Tom la abrió con violencia. La puerta tenía una ventanilla cuadrada cerrada con barrotes de hierro. Debido a su proximidad con el fiordo, el cuartucho estaba oscuro y húmedo como una caverna helada. Tom se hizo a un lado.

— Vuestra habitación, mujer — Ella lo miró horrorizada.

— ¿De veras me pondréis ahí?

— Es el castigo más suave para los fugitivos — dijo él en tono de impaciencia.

— ¿Cómo podéis hacerme esto después que os salvé la vida? ¿Eso no significa nada para vos?

— Sí, os estoy agradecido.

— Lo demostráis en forma admirable, vikingo — dijo _________ con sarcasmo.

El suspiró.

— Si no tomase ninguna medida contra vos, __________, sería una invitación a escapar para los otros esclavos. No puedo permitir eso.

Ella no quiso rogarle.

— ¿Cuánto tiempo me tendréis encerrada aquí?

— Tres u cuatro días... hasta que hayáis aprendido la lección.

Ella le lanzó una mirada de desprecio.

— ¿Y creéis que esto me enseñará algo, vikingo? Estáis equivocado. Aquí mi odio crecerá y saldré aún más decidida a huir de vos.

El la atrajo con violencia y la besó posesivamente en la boca. Ella le devolvió el beso, pero sólo por despecho. Tom tenía que llegar a lamentar haberle hecho esto. Ella haría que lo lamentara.

— No necesitaréis quedaros aquí, _________ — dijo él rozándole el cuello con los labios—  si me dais vuestra palabra de que no volveréis a dejarme.

Ella le echó los brazos al cuello y dijo, provocativamente.

— Pero los otros esclavos pensarán que para vos yo soy algo especial.

— Sois especial.

— Especial, pero lo mismo podéis encerrarme en esta celda fría.

— ¿Me dais vuestra palabra, _________?

Ella lo besó en los labios con ligereza, provocativamente, antes de apartarlo de un empellón.

— El demonio os lleve, vikingo. Yo no seré vuestro juguete predilecto.

Con eso alzó la cabeza y entró en la celda oscura, y apretó los dientes cuando él cerró la puerta tras ella. De inmediato empezó a temblar. Casi gritó para llamarlo pero se tapó la boca con una mano. No rogaría que la liberaran.

Hacía frío. Mucho frío, en realidad. Por fortuna tenía su capa y sus polainas de piel. También había una vieja manta de lana sobre un banco angosto, el único mueble de la habitación. Pero no ardía ningún fuego y el ventanuco de la puerta dejaba entrar el frío.

Tampoco le habían traído comida. De pronto se sintió famélica, aunque hacía pocas horas había compartido un poco de carne de venado con Tom. El regresaría. No era posible que la dejara aquí hasta que se helara. Se sentó en el banco y se cubrió las piernas con la manta. Los primeros días de cabalgar sin apuro con Tom habían sido fríamente silenciosos. Pero en los dos últimos días el humor de él mejoró y ella empezó a creer que no le haría nada cuando regresara. Menos creyó que él sería capaz de encerrarla en esta celda.

Pasó una hora y después otra. La bruma azul del cielo desapareció, dejando solamente una oscuridad negra y deprimente, __________ se estremeció y sintió las primeras señales de la fiebre. Un rato después sintió calor y se despojó de la capa y de las pieles sujetas con correas que le cubrían brazos y piernas.

El no iba a regresar. Ese doloroso nudo apareció otra vez en su garganta y las lágrimas le hicieron escocer los ojos. Después de todo lo que habían compartido, después que ella le salvó la vida, él no podía ser tan cruel como para encerrarla aquí.

Podía helarse hasta morir. Entonces él lo lamentaría. Un buen modo de vengarse, pese a que ella no estaría para disfrutar de ello.

Empezó a temblar otra vez y se tendió sobre el duro banco. Dormitó de a ratos y cuando despertaba, se cubría con la manta y la capa o las arrojaba a un lado.

— Estoy enferma y él ni siquiera lo sabe — razonó, medio dormida— . Debí decírselo. Pero eso no habría hecho ninguna diferencia. El es una bestia. Nada le importa. — Se volvió, con los ojos llenos de lágrimas.—  Lo lamentaréis, Tom, lo lamentaréis... lo lamentaréis...

 

 

Tom se volvió nerviosamente en su cama y golpeó la almohada con un puño. No lograba conciliar el sueño pese a todos sus intentos. Los demonios de su mente no cesaban de atormentarlo. Hora tras hora seguía haciéndose reproches.

Por fin no pudo soportarlo más. Saltó de la cama, se echó la capa sobre los hombros y salió de la habitación. En el hall encendió una antorcha a toda prisa y se preparó para el frío helado del exterior. Llegó a la pequeña celda en segundos y rápidamente sacó las llaves y abrió la puerta.

Los goznes crujieron y él se inclinó para entrar en la húmeda cámara, después se enderezó, puso la antorcha en un soporte que había en la pared y se acercó a _________.

Ella dormía en el suelo, junto al banco, acurrucada como un niño, hecha una pelota, cubierta con nada, ni siquiera con su capa de terciopelo.

Tom apretó los dientes, furioso. ¡La pequeña tonta! Así, sin taparse, podía morir de frío en este lugar. Sin duda, esa era su intención.

Se arrodilló junto a ella y la sacudió con rudeza, pero se detuvo cuando sintió el calor que pasaba a través de la gruesa túnica de terciopelo. Le tocó la cara con la mano y ahogó una exclamación. _________ ardía de fiebre.

— Santo Dios, __________, ¿qué habéis hecho?

Ella abrió los ojos y lo miró confundida.

— ¿Por qué mencionáis a mi Dios? Vuestros dioses paganos se pondrán furiosos.

— ¿Importa qué dios mencione? — preguntó él con irritación— . Son uno solo, creo. Pero a ellos y a vos les pregunto, ¿por qué tratasteis de mataros?

— No estoy muerta — dijo ella en un suave susurro y cerró los ojos para hundirse nuevamente en el sueño. Tom se puso pálido.

— ¡Lo estaréis si no lucháis contra esto, _________! ¡Despertad!

Como ella no se movió, él la levantó en brazos y la llevó a la casa y a su habitación. Allí la depositó sobre la cama y la cubrió con el abrigado cobertor de armiño. Luego avivó el fuego y volvió junto a la cama.

— ¡_________, _________!

Ella no despertó. La sacudió de un hombro pero la joven no abrió los ojos. El pánico empezó a apoderarse de Tom. El nada sabía de fiebres. Había que llamar a Yarmille, quien conocía de hierbas y pociones. Ella había curado a Hugh, cuando era muchacho, de una fiebre muy intensa.

Tom salió de la habitación. Después de despertar a Erin y decirle que enviara las mujeres a la casa, él mismo fue a buscar a Yarmille. Regresaron antes de una hora

y Yarmille se encerró en la habitación con _________, prohibiendo la entrada de los demás.

Tom empezó a pasearse incansablemente frente al fuego del hall. Maudya entró en silencio y le trajo comida y bebida, pero él no tocó nada. Erin, sentado a la mesa y observando a su joven amo, tenía una expresión de profunda preocupación.

— Es una muchacha fuerte — dijo para animar al joven— . En mi vida he visto muchas fiebres. Es sólo cuestión de refrescarla cuando tenga calor y calentarla cuando tenga frío.

Tom lo miró sin cambiar de expresión. Como si no hubiera oído una sola de las palabras del anciano. Siguió caminando de un lado a otro, infectado por la falta de sueño. Pasaron las horas y el día volvió a hacerse noche.

Yarmille entró en el hall con aspecto demacrado y cansado. Tom contuvo el aliento cuando ella lo miró un largo momento sin hablar. Por fin Tom no pudo resistir el suspenso.

— ¿La fiebre ha pasado?

Yarmille meneó lentamente la cabeza.

— Lo siento, Tom. Hice todo lo que pude. — El se le acercó.

— ¿Qué estáis diciendo? ¿Qué ella no ha mejorado?

— Mejoró por un rato. La fiebre bajó. Ella tomó mis pociones y bebió un poco de caldo. Pero después la fiebre volvió y le hizo vomitar todo lo que le di. No puede retener nada y ahora está mucho peor que antes.

— ¡Tiene que haber algo que podáis hacer!

— Ofreceré un sacrificio por ella — sugirió Yarmille— Es lo único que queda por hacer. Si los dioses quedan satisfechos, podrían salvarle la vida.

Tom se puso pálido y subió corriendo la escalera hasta su habitación. Erin, quien había acompañado a Tom todo el día, se levantó de la mesa con los ojos llenos de lágrimas.

— ¿De veras está tan enferma? — preguntó. Yarmille lo miró con desdén y dijo, en tono altanero: — Lo está. Y los dioses no la ayudarán. ¿Por qué van a ayudarla? Morirá antes de mañana.

Yarmille no dijo más, salió del hall y regresó a su casa. Una vez afuera, una sonrisa de satisfacción asomó a sus labios. Ofrecería un sacrificio, sí, pero para asegurar la muerte de la muchacha, aunque dudaba que la ayuda de los dioses fuera necesaria. Con las pociones de Yarmille y la puerta del balcón abierta, la muerte estaba asegurada.

Si Yarmille se hubiera percatado antes de la amenaza que representaba la joven, se habría librado de ella antes que Tom la viera. Estuvo segura de que Tom no tomaría a la muchacha, que la dejaría a un lado como hacía con todas las otras. Sin embargo, todo llega para quien sabe esperar... y ella no tendría que esperar mucho tiempo más.

Erin entró en la habitación de Tom y lo encontró de pie junto a la cama con el aire de un hombre derrotado. Ardía un fuego en el hogar pero la estancia parecía terriblemente fría.

— Si yo pudiera hacerlo todo de nuevo, todo sería diferente, ________ — dijo Tom con voz hueca— . Nunca me perdonaré por lo que he hecho.

Erin se le acercó con el rostro demudado por la preocupación.

— Ella no puede oíros, muchacho.

— Estaba hablando cuando entré en la habitación — replicó Tom — Hablaba de una forma infantil.

— Sí, sin duda está reviviendo su pasado. He visto antes este sueño profundo, donde los demonios quedan sueltos en la mente. Para algunos no es tan malo; para otros puede ser un infierno en vida, donde la muerte es bienvenida.

— ¡Ella no puede morir!

— ¿De modo que amáis a la muchacha, Tom?

— ¿Amarla? ¡Amar es para los tontos! — repuso él con vehemencia— . Yo nunca volveré a amar. — Entonces, ¿qué importa si la muchacha muere, si para vos es solamente una esclava más? —  dijo Erin con sensatez.

— ¡Importa! — repuso Tom con energía, y en seguida toda su cólera se apagó— .Además, es demasiado empecinada para morir.

— Ruego que tengáis razón, muchacho — dijo Erin— . En cuanto a mí, no creo en la opinión de Yarmille. Siempre hay una posibilidad, con la ayuda de Dios.


________ estaba sentada en el regazo de su padre y sostenía en su manita su nueva espada llena de gemas.

— ¿Os di las gracias, padre? ¡Oh, gracias otra vez! Mi propia espada, hecha especialmente para mí. ¡No hubiera podido ocurrírseme un presente mejor!

— ¿Ni siquiera un bonito vestido, o una chuchería llamativa? A tu madre le gustaban mucho esas cosas.

_________ hizo una mueca.

— Esas son cosas para niñas. Las niñas son tontas y lloran. ¡Yo nunca lloro!

Alane metió a _________ en el baño humeante. El agua estaba muy caliente. El vapor llenaba la habitación y formaba una niebla blanca que casi ocultaba a Alane.

— ¿Qué diría vuestro padre si supiera que estuvisteis peleando con los muchachos de la aldea, y en el barro, nada menos?

— Mi padre estaría orgulloso de mí. Yo gané, ¿verdad? Ian tiene un ojo negro y Doyle un labio hinchado.

— Ellos dejaron que ganaseis vos porque sois la hija de lord Angus.

— Yo no soy su hija. ¡No lo soy! ¡Soy su hijo! Y gané limpiamente. ¡Ahora dejadme salir de este baño antes que me cocine!

— Debéis estar limpia y hermosa, lady _________.

— Pero el agua está demasiado caliente. ¿Por qué tiene que estar tan caliente?

El rostro sin cuerpo de la madrastra de ________ apareció entre la niebla de vapor.

— _________, sois una desgracia para vuestro padre. ¿Cuándo aprenderéis a ser una dama?

— Yo no tengo que hacer lo que decís vos. ¡Vos no sois mi madre!

Alane sopló el vapor para hacerse ver.

— Ella es ahora vuestra madre, _________.

— No, no. Odio a la viuda, Alane, y a su hija. ¿Por qué mi padre se casó con ella? Cordelia siempre está provocándome. Y la viuda es una bruja.

— Debéis mostrarles respeto.

— ¿Por qué? Ellas también me odian. Las dos están celosas de mí.

— Quizá no tengan bondad en sus corazones, muchacha, pero vos si la tenéis. Debéis hacer que se sientan a gusto aquí.

_________ lo admitió de mala gana.

— Debo hacerlo, debo hacerlo, pero no me gusta.

La nieve empezó a caer. Un espeso manto cubría la tierra. _________ surcaba la superficie del lago helado, patinando. Agitó una mano a Cordelia, quien estaba de pie junto a un árbol, envuelta en una capa gris y con su pelo rojizo como una llama contra el blanco fondo de nieve.

— Qué vergüenza, _________. Una joven de vuestra edad comportándose como una criatura. El hielo se romperá y caeréis al agua. ¿Qué haréis entonces?

El hielo crujió con un ruido ensordecedor y _________ cayó en el agua negra y helada tal como había anunciado Cordelia. Empezó a temblar en forma descontrolada. Las manos se le adormecieron por el frío y no pudo arrastrarse hasta el hielo sólido.

— Ayudadme, Cordelia. Me estoy helando.

— ¿No os dije que caerías al agua?

— Della, por favor, ayudadme a salir. El agua está muy fría. Duele, duele terriblemente.

— También sentiréis dolor cuando vuestro esposo os tome por primera vez. Entonces conoceréis lo que es el verdadero dolor.

— Vi un acoplamiento en la aldea. No fue tan horripilante como me hicisteis creer, Della.

— Aguardad y veréis. Pronto vuestro futuro esposo vendrá por vos, Entonces sufriréis.

— No me casaré con un vikingo. No me casaré con ningún hombre. ¿Acaso no rechacé a muchos ricos pretendientes?

— Os casarán, _________. Vuestro padre ha dado su palabra.

Linnet venía de muy lejos caminando lentamente hacia _________ desde la oscuridad. Por fin la mujer llegó frente a ella. Tenía el rostro cansado y tristecuando sacó a ________ del agua helada y empezó a envolverla con mantas y más mantas, hasta que la joven sintió como si el calor fuera a sofocarla.

— Angus ha muerto, _________.

— ¡No! — gritó _________ presa de dolor— . ¡Mi padre no puede morir!¡ No es así!

Toda la aldea lloraba. Estaban sepultando a Angus. El sol todavía no estaba alto pero hacía mucho calor para una hora tan temprana.

— Vienen los vikingos, lady __________.

— ¡Wyndham! ¿Es esa la forma en que vuestra gente viene por una novia? ¿Atacando y matando? ¡Alane, no! ¡Vos no debéis morir también! No puedo ayudaros, tía Linnet. El me ha roto la espada. No puedo ayudaros a ninguno de vosotros. ¡Lo mataré por lo que le ha hecho a mi gente, lo juro!

— Yo soy Heloise, esposa de Anselmo . Seréis dada a mi hijo Tom.

— ¡Nadie será mi dueño!

— ¿He encontrado la forma de domaros, mujer?

— El me violará. Dios mío, ¿cómo soportaré el dolor que Cordelia dijo que sentiré? ¿Dónde está el dolor? ¡Cordelia mintió! Me hizo mostrarme temerosa ante el vikingo cuando no era necesario. Pero fue hermoso. El es hermoso. Qué cuerpo magnífico, tan sólido y tan fuerte. El me hace olvidar que lo odio. Se adueña de mi voluntad.

Llegaban carcajadas desde lejos. Cordelia y Yarmille reían. Anselmo  y Hugh reían.

— ¡El es una bestia! Nada le importa de mí. ¿Cómo puede maltratarme así delante de sus invitados? No puedo seguir aquí, no puedo quedarme con él porque su contacto me convierte en blanda arcilla.

Espadas que entrechocan. El ruido era ensordecedor y le lastimaba los oídos. Por fin gritó.

— No puedo mataros, Tom, ni siquiera por mi libertad. No sé por qué, pero la idea de vuestra muerte me duele terriblemente.

_________ temblaba.

— Tengo mucho frío. Estoy enferma y él ni siquiera lo sabe. Lo lamentará cuando me encuentre muerta. ¿Cómo puede hacerme esto después que le salvé la vida?

Hace frío, mucho frío.

— Yarmille, cerrad la puerta antes de que... antes de que...

_________ flotaba en el lavo tibio con los ojos cerrados bajo el bienvenido sol. Ni una arruga surcaba su frente. Ni un solo pensamiento turbaba su tranquilidad.

Flotaba suavemente y el agua tibia era como un bálsamo natural.

Despertó y el tibio lago fue remplazado por una cama blanda que por alguna razón le pareció incómodamente dura. Parpadeó varias veces antes de reconocer la habitación de Tom. Entonces volvió la cabeza y lo vio sentado junto a la cama en una de las sillas como tronos. Con aspecto terriblemente demacrado y desaliñado. Sin embargo, le sonreía. Y sus ojos eran tiernos.

— No os veis bien, Tom. ¡Habéis estado enfermo! — El rió de la preocupación de ella.

— No, mujer, yo estoy bien. ¿Pero cómo os sentís? Ella trató de sentarse pero sólo logró gemir. — Me siento toda dolorida, como si alguien me hubiera apaleado — le echó una mirada recelosa— . ¿Me golpeasteis mientras dormía?

El pareció ofenderse.

— ¿Cómo podéis pensar una cosa semejante? Habéis estado gravemente enferma durante dos días. Sin duda, la enfermedad os ha debilitado y os ha dejado dolorida — se levantó y la arropó— . Las mujeres han preparado sopa caliente para vos. Os traeré un poco.

_________ se relajó en la gran cama cuando él se marchó. ¿Está arrepentido? Demuestra preocupación, ¿pero de veras le importo algo? No pudo esperar la comida. El sueño la dominó otra vez y la hundió en una serena oscuridad antes de que él regresara.
 
 
CHICAS.. aqui les subo un capi.. medio largito xd jaajaj ya que no se si pueda subirles durante el fin de semana....ahi voy a ver si tengo tiempo.. se me cuidan.. y espero les guste este capi....
 
BYE =D
 
PD: Cabi... donde estas que hace días que no comentas??? =( hecho de menos tus comentarios.. espero estes bien....

4 comentarios:

  1. Tom me diste mucha coleraaa!!
    Pobre (tn) y maldita Yarmile >.< claro q ella sabe q es una amenaza para ella..
    Ojala Tom cambie esta vez y la valore y no la trate tan feo..
    Tamitha porfa subeee el fin de semana has lo posibleeee...
    Bye cuidate :D

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  2. hola... esta muy buena tu historia xD y porfis trata de subir el fin de semana plis.. cuidate y que estes bien chau xD

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  3. \tu fan reportandose desde la parte mas distante de la tierra!! ejejejeje q dramatica! perro si estoy en el monte con casi nada de senal y haciendo un esfuerzo por leerte tamitha!!!

    Espero escribirte pronto!! todos los cap estan buenisimos! necesito contarte algo super mega waow q estoy leyendo,

    tkm bonne weekend
    cabi
    desde los arrabales de nicaragua jejejeje (te cuento despues)

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  4. ame a Tom en este capitulo, de verdad, me gusto mucho!! no pude comentar el capitulo anterior pero tu sabes que los leo (: Tom ya deberia de admitir que si ama a TN y Yarmille deberia pagar por intentar matarla!!

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