"CAPITULO 25"
La
enorme casa de piedra se erguía ante ellos bañada en la suave luz azul de la
aurora boreal. Era de noche cuando llegaron al establo. Erin vino corriendo
desde el fondo con una expresión de alivio y alegría en su cara castigada por
los años. Esa expresión rápidamente cambió por otra de paternal gravedad.
—
¡Qué vergüenza, muchacha, que hayáis huido así de nosotros! — dijo en tono de
rezongo, aunque sus ojos todavía brillaban dándole la bienvenida.
—
No huí de vos, Erin, sino de él — replicó _________, ignorando la presencia de Tom.
—
Bueno, me tuvisteis muy preocupado — continuó Erin— . Por lo menos, hubierais
podido aguardar la primavera para tener menos posibilidades de morir helada.
—
¡Basta, Erin! — ordenó Tom, y tomó a __________ rudamente de un brazo.
Ella
no tuvo ni siquiera una oportunidad de despedirse de Erin pues Tom la arrastró
enseguida en dirección a la casa. Cuando se aproximaban a la entrada
secundaria, él dobló a la derecha, hacia el costado de la casa, y __________ se
detuvo inmediatamente.
—
¿Adónde me lleváis?
El
no respondió sino que siguió arrastrándola. __________ se resistió, haciéndole
más difícil la marcha. Sabía adónde la llevaban, aunque no podía creerlo. Sobre
el otro lado de la casa, frente al fiordo, había una puertita de madera.
Tom
la abrió con violencia. La puerta tenía una ventanilla cuadrada cerrada con
barrotes de hierro. Debido a su proximidad con el fiordo, el cuartucho estaba
oscuro y húmedo como una caverna helada. Tom se hizo a un lado.
—
Vuestra habitación, mujer — Ella lo miró horrorizada.
—
¿De veras me pondréis ahí?
—
Es el castigo más suave para los fugitivos — dijo él en tono de impaciencia.
—
¿Cómo podéis hacerme esto después que os salvé la vida? ¿Eso no significa nada
para vos?
—
Sí, os estoy agradecido.
—
Lo demostráis en forma admirable, vikingo — dijo _________ con sarcasmo.
El
suspiró.
—
Si no tomase ninguna medida contra vos, __________, sería una invitación a
escapar para los otros esclavos. No puedo permitir eso.
Ella
no quiso rogarle.
—
¿Cuánto tiempo me tendréis encerrada aquí?
—
Tres u cuatro días... hasta que hayáis aprendido la lección.
Ella
le lanzó una mirada de desprecio.
—
¿Y creéis que esto me enseñará algo, vikingo? Estáis equivocado. Aquí mi odio
crecerá y saldré aún más decidida a huir de vos.
El
la atrajo con violencia y la besó posesivamente en la boca. Ella le devolvió el
beso, pero sólo por despecho. Tom tenía que llegar a lamentar haberle hecho
esto. Ella haría que lo lamentara.
—
No necesitaréis quedaros aquí, _________ — dijo él rozándole el cuello con los
labios— si me dais vuestra palabra de
que no volveréis a dejarme.
Ella
le echó los brazos al cuello y dijo, provocativamente.
—
Pero los otros esclavos pensarán que para vos yo soy algo especial.
—
Sois especial.
—
Especial, pero lo mismo podéis encerrarme en esta celda fría.
—
¿Me dais vuestra palabra, _________?
Ella
lo besó en los labios con ligereza, provocativamente, antes de apartarlo de un
empellón.
—
El demonio os lleve, vikingo. Yo no seré vuestro juguete predilecto.
Con
eso alzó la cabeza y entró en la celda oscura, y apretó los dientes cuando él
cerró la puerta tras ella. De inmediato empezó a temblar. Casi gritó para
llamarlo pero se tapó la boca con una mano. No rogaría que la liberaran.
Hacía
frío. Mucho frío, en realidad. Por fortuna tenía su capa y sus polainas de
piel. También había una vieja manta de lana sobre un banco angosto, el único
mueble de la habitación. Pero no ardía ningún fuego y el ventanuco de la puerta
dejaba entrar el frío.
Tampoco
le habían traído comida. De pronto se sintió famélica, aunque hacía pocas horas
había compartido un poco de carne de venado con Tom. El regresaría. No era
posible que la dejara aquí hasta que se helara. Se sentó en el banco y se cubrió
las piernas con la manta. Los primeros días de cabalgar sin apuro con Tom
habían sido fríamente silenciosos. Pero en los dos últimos días el humor de él
mejoró y ella empezó a creer que no le haría nada cuando regresara. Menos creyó
que él sería capaz de encerrarla en esta celda.
Pasó
una hora y después otra. La bruma azul del cielo desapareció, dejando solamente
una oscuridad negra y deprimente, __________ se estremeció y sintió las
primeras señales de la fiebre. Un rato después sintió calor y se despojó de la
capa y de las pieles sujetas con correas que le cubrían brazos y piernas.
El
no iba a regresar. Ese doloroso nudo apareció otra vez en su garganta y las
lágrimas le hicieron escocer los ojos. Después de todo lo que habían
compartido, después que ella le salvó la vida, él no podía ser tan cruel como
para encerrarla aquí.
Podía
helarse hasta morir. Entonces él lo lamentaría. Un buen modo de vengarse, pese
a que ella no estaría para disfrutar de ello.
Empezó
a temblar otra vez y se tendió sobre el duro banco. Dormitó de a ratos y cuando
despertaba, se cubría con la manta y la capa o las arrojaba a un lado.
—
Estoy enferma y él ni siquiera lo sabe — razonó, medio dormida— . Debí
decírselo. Pero eso no habría hecho ninguna diferencia. El es una bestia. Nada
le importa. — Se volvió, con los ojos llenos de lágrimas.— Lo lamentaréis, Tom, lo lamentaréis... lo
lamentaréis...
Tom
se volvió nerviosamente en su cama y golpeó la almohada con un puño. No lograba
conciliar el sueño pese a todos sus intentos. Los demonios de su mente no
cesaban de atormentarlo. Hora tras hora seguía haciéndose reproches.
Por
fin no pudo soportarlo más. Saltó de la cama, se echó la capa sobre los hombros
y salió de la habitación. En el hall encendió una antorcha a toda prisa y se
preparó para el frío helado del exterior. Llegó a la pequeña celda en segundos
y rápidamente sacó las llaves y abrió la puerta.
Los
goznes crujieron y él se inclinó para entrar en la húmeda cámara, después se
enderezó, puso la antorcha en un soporte que había en la pared y se acercó a _________.
Ella
dormía en el suelo, junto al banco, acurrucada como un niño, hecha una pelota,
cubierta con nada, ni siquiera con su capa de terciopelo.
Tom
apretó los dientes, furioso. ¡La pequeña tonta! Así, sin taparse, podía morir
de frío en este lugar. Sin duda, esa era su intención.
Se
arrodilló junto a ella y la sacudió con rudeza, pero se detuvo cuando sintió el
calor que pasaba a través de la gruesa túnica de terciopelo. Le tocó la cara
con la mano y ahogó una exclamación. _________ ardía de fiebre.
—
Santo Dios, __________, ¿qué habéis hecho?
Ella
abrió los ojos y lo miró confundida.
—
¿Por qué mencionáis a mi Dios? Vuestros dioses paganos se pondrán furiosos.
—
¿Importa qué dios mencione? — preguntó él con irritación— . Son uno solo, creo.
Pero a ellos y a vos les pregunto, ¿por qué tratasteis de mataros?
—
No estoy muerta — dijo ella en un suave susurro y cerró los ojos para hundirse
nuevamente en el sueño. Tom se puso pálido.
—
¡Lo estaréis si no lucháis contra esto, _________! ¡Despertad!
Como
ella no se movió, él la levantó en brazos y la llevó a la casa y a su
habitación. Allí la depositó sobre la cama y la cubrió con el abrigado cobertor
de armiño. Luego avivó el fuego y volvió junto a la cama.
—
¡_________, _________!
Ella
no despertó. La sacudió de un hombro pero la joven no abrió los ojos. El pánico
empezó a apoderarse de Tom. El nada sabía de fiebres. Había que llamar a
Yarmille, quien conocía de hierbas y pociones. Ella había curado a Hugh, cuando
era muchacho, de una fiebre muy intensa.
Tom
salió de la habitación. Después de despertar a Erin y decirle que enviara las
mujeres a la casa, él mismo fue a buscar a Yarmille. Regresaron antes de una
hora
y
Yarmille se encerró en la habitación con _________, prohibiendo la entrada de
los demás.
Tom
empezó a pasearse incansablemente frente al fuego del hall. Maudya entró en
silencio y le trajo comida y bebida, pero él no tocó nada. Erin, sentado a la
mesa y observando a su joven amo, tenía una expresión de profunda preocupación.
—
Es una muchacha fuerte — dijo para animar al joven— . En mi vida he visto
muchas fiebres. Es sólo cuestión de refrescarla cuando tenga calor y calentarla
cuando tenga frío.
Tom
lo miró sin cambiar de expresión. Como si no hubiera oído una sola de las
palabras del anciano. Siguió caminando de un lado a otro, infectado por la
falta de sueño. Pasaron las horas y el día volvió a hacerse noche.
Yarmille
entró en el hall con aspecto demacrado y cansado. Tom contuvo el aliento cuando
ella lo miró un largo momento sin hablar. Por fin Tom no pudo resistir el
suspenso.
—
¿La fiebre ha pasado?
Yarmille
meneó lentamente la cabeza.
—
Lo siento, Tom. Hice todo lo que pude. — El se le acercó.
—
¿Qué estáis diciendo? ¿Qué ella no ha mejorado?
—
Mejoró por un rato. La fiebre bajó. Ella tomó mis pociones y bebió un poco de
caldo. Pero después la fiebre volvió y le hizo vomitar todo lo que le di. No
puede retener nada y ahora está mucho peor que antes.
—
¡Tiene que haber algo que podáis hacer!
—
Ofreceré un sacrificio por ella — sugirió Yarmille— Es lo único que queda por
hacer. Si los dioses quedan satisfechos, podrían salvarle la vida.
Tom
se puso pálido y subió corriendo la escalera hasta su habitación. Erin, quien
había acompañado a Tom todo el día, se levantó de la mesa con los ojos llenos
de lágrimas.
—
¿De veras está tan enferma? — preguntó. Yarmille lo miró con desdén y dijo, en
tono altanero: — Lo está. Y los dioses no la ayudarán. ¿Por qué van a ayudarla?
Morirá antes de mañana.
Yarmille
no dijo más, salió del hall y regresó a su casa. Una vez afuera, una sonrisa de
satisfacción asomó a sus labios. Ofrecería un sacrificio, sí, pero para
asegurar la muerte de la muchacha, aunque dudaba que la ayuda de los dioses
fuera necesaria. Con las pociones de Yarmille y la puerta del balcón abierta,
la muerte estaba asegurada.
Si
Yarmille se hubiera percatado antes de la amenaza que representaba la joven, se
habría librado de ella antes que Tom la viera. Estuvo segura de que Tom no
tomaría a la muchacha, que la dejaría a un lado como hacía con todas las otras.
Sin embargo, todo llega para quien sabe esperar... y ella no tendría que
esperar mucho tiempo más.
Erin
entró en la habitación de Tom y lo encontró de pie junto a la cama con el aire
de un hombre derrotado. Ardía un fuego en el hogar pero la estancia parecía
terriblemente fría.
—
Si yo pudiera hacerlo todo de nuevo, todo sería diferente, ________ — dijo Tom
con voz hueca— . Nunca me perdonaré por lo que he hecho.
Erin
se le acercó con el rostro demudado por la preocupación.
—
Ella no puede oíros, muchacho.
—
Estaba hablando cuando entré en la habitación — replicó Tom — Hablaba de una
forma infantil.
—
Sí, sin duda está reviviendo su pasado. He visto antes este sueño profundo,
donde los demonios quedan sueltos en la mente. Para algunos no es tan malo;
para otros puede ser un infierno en vida, donde la muerte es bienvenida.
—
¡Ella no puede morir!
—
¿De modo que amáis a la muchacha, Tom?
—
¿Amarla? ¡Amar es para los tontos! — repuso él con vehemencia— . Yo nunca
volveré a amar. — Entonces, ¿qué importa si la muchacha muere, si para vos es
solamente una esclava más? — dijo Erin
con sensatez.
—
¡Importa! — repuso Tom con energía, y en seguida toda su cólera se apagó—
.Además, es demasiado empecinada para morir.
—
Ruego que tengáis razón, muchacho — dijo Erin— . En cuanto a mí, no creo en la
opinión de Yarmille. Siempre hay una posibilidad, con la ayuda de Dios.
________
estaba sentada en el regazo de su padre y sostenía en su manita su nueva espada
llena de gemas.
—
¿Os di las gracias, padre? ¡Oh, gracias otra vez! Mi propia espada, hecha
especialmente para mí. ¡No hubiera podido ocurrírseme un presente mejor!
—
¿Ni siquiera un bonito vestido, o una chuchería llamativa? A tu madre le
gustaban mucho esas cosas.
_________
hizo una mueca.
—
Esas son cosas para niñas. Las niñas son tontas y lloran. ¡Yo nunca lloro!
Alane
metió a _________ en el baño humeante. El agua estaba muy caliente. El vapor
llenaba la habitación y formaba una niebla blanca que casi ocultaba a Alane.
—
¿Qué diría vuestro padre si supiera que estuvisteis peleando con los muchachos
de la aldea, y en el barro, nada menos?
—
Mi padre estaría orgulloso de mí. Yo gané, ¿verdad? Ian tiene un ojo negro y
Doyle un labio hinchado.
—
Ellos dejaron que ganaseis vos porque sois la hija de lord Angus.
—
Yo no soy su hija. ¡No lo soy! ¡Soy su hijo! Y gané limpiamente. ¡Ahora dejadme
salir de este baño antes que me cocine!
—
Debéis estar limpia y hermosa, lady _________.
—
Pero el agua está demasiado caliente. ¿Por qué tiene que estar tan caliente?
El
rostro sin cuerpo de la madrastra de ________ apareció entre la niebla de
vapor.
—
_________, sois una desgracia para vuestro padre. ¿Cuándo aprenderéis a ser una
dama?
—
Yo no tengo que hacer lo que decís vos. ¡Vos no sois mi madre!
Alane
sopló el vapor para hacerse ver.
—
Ella es ahora vuestra madre, _________.
—
No, no. Odio a la viuda, Alane, y a su hija. ¿Por qué mi padre se casó con
ella? Cordelia siempre está provocándome. Y la viuda es una bruja.
—
Debéis mostrarles respeto.
—
¿Por qué? Ellas también me odian. Las dos están celosas de mí.
—
Quizá no tengan bondad en sus corazones, muchacha, pero vos si la tenéis.
Debéis hacer que se sientan a gusto aquí.
_________
lo admitió de mala gana.
—
Debo hacerlo, debo hacerlo, pero no me gusta.
La
nieve empezó a caer. Un espeso manto cubría la tierra. _________ surcaba la
superficie del lago helado, patinando. Agitó una mano a Cordelia, quien estaba
de pie junto a un árbol, envuelta en una capa gris y con su pelo rojizo como
una llama contra el blanco fondo de nieve.
—
Qué vergüenza, _________. Una joven de vuestra edad comportándose como una
criatura. El hielo se romperá y caeréis al agua. ¿Qué haréis entonces?
El
hielo crujió con un ruido ensordecedor y _________ cayó en el agua negra y
helada tal como había anunciado Cordelia. Empezó a temblar en forma
descontrolada. Las manos se le adormecieron por el frío y no pudo arrastrarse
hasta el hielo sólido.
—
Ayudadme, Cordelia. Me estoy helando.
—
¿No os dije que caerías al agua?
—
Della, por favor, ayudadme a salir. El agua está muy fría. Duele, duele
terriblemente.
—
También sentiréis dolor cuando vuestro esposo os tome por primera vez. Entonces
conoceréis lo que es el verdadero dolor.
—
Vi un acoplamiento en la aldea. No fue tan horripilante como me hicisteis
creer, Della.
—
Aguardad y veréis. Pronto vuestro futuro esposo vendrá por vos, Entonces
sufriréis.
—
No me casaré con un vikingo. No me casaré con ningún hombre. ¿Acaso no rechacé
a muchos ricos pretendientes?
—
Os casarán, _________. Vuestro padre ha dado su palabra.
Linnet
venía de muy lejos caminando lentamente hacia _________ desde la oscuridad. Por
fin la mujer llegó frente a ella. Tenía el rostro cansado y tristecuando sacó a
________ del agua helada y empezó a envolverla con mantas y más mantas, hasta
que la joven sintió como si el calor fuera a sofocarla.
—
Angus ha muerto, _________.
—
¡No! — gritó _________ presa de dolor— . ¡Mi padre no puede morir!¡ No es así!
Toda
la aldea lloraba. Estaban sepultando a Angus. El sol todavía no estaba alto
pero hacía mucho calor para una hora tan temprana.
—
Vienen los vikingos, lady __________.
—
¡Wyndham! ¿Es esa la forma en que vuestra gente viene por una novia? ¿Atacando
y matando? ¡Alane, no! ¡Vos no debéis morir también! No puedo ayudaros, tía
Linnet. El me ha roto la espada. No puedo ayudaros a ninguno de vosotros. ¡Lo
mataré por lo que le ha hecho a mi gente, lo juro!
—
Yo soy Heloise, esposa de Anselmo . Seréis dada a mi hijo Tom.
—
¡Nadie será mi dueño!
—
¿He encontrado la forma de domaros, mujer?
—
El me violará. Dios mío, ¿cómo soportaré el dolor que Cordelia dijo que
sentiré? ¿Dónde está el dolor? ¡Cordelia mintió! Me hizo mostrarme temerosa
ante el vikingo cuando no era necesario. Pero fue hermoso. El es hermoso. Qué
cuerpo magnífico, tan sólido y tan fuerte. El me hace olvidar que lo odio. Se
adueña de mi voluntad.
Llegaban
carcajadas desde lejos. Cordelia y Yarmille reían. Anselmo y Hugh reían.
—
¡El es una bestia! Nada le importa de mí. ¿Cómo puede maltratarme así delante
de sus invitados? No puedo seguir aquí, no puedo quedarme con él porque su
contacto me convierte en blanda arcilla.
Espadas
que entrechocan. El ruido era ensordecedor y le lastimaba los oídos. Por fin
gritó.
—
No puedo mataros, Tom, ni siquiera por mi libertad. No sé por qué, pero la idea
de vuestra muerte me duele terriblemente.
_________
temblaba.
—
Tengo mucho frío. Estoy enferma y él ni siquiera lo sabe. Lo lamentará cuando
me encuentre muerta. ¿Cómo puede hacerme esto después que le salvé la vida?
Hace
frío, mucho frío.
—
Yarmille, cerrad la puerta antes de que... antes de que...
_________
flotaba en el lavo tibio con los ojos cerrados bajo el bienvenido sol. Ni una
arruga surcaba su frente. Ni un solo pensamiento turbaba su tranquilidad.
Flotaba
suavemente y el agua tibia era como un bálsamo natural.
Despertó
y el tibio lago fue remplazado por una cama blanda que por alguna razón le
pareció incómodamente dura. Parpadeó varias veces antes de reconocer la
habitación de Tom. Entonces volvió la cabeza y lo vio sentado junto a la cama
en una de las sillas como tronos. Con aspecto terriblemente demacrado y
desaliñado. Sin embargo, le sonreía. Y sus ojos eran tiernos.
—
No os veis bien, Tom. ¡Habéis estado enfermo! — El rió de la preocupación de
ella.
—
No, mujer, yo estoy bien. ¿Pero cómo os sentís? Ella trató de sentarse pero
sólo logró gemir. — Me siento toda dolorida, como si alguien me hubiera
apaleado — le echó una mirada recelosa— . ¿Me golpeasteis mientras dormía?
El
pareció ofenderse.
—
¿Cómo podéis pensar una cosa semejante? Habéis estado gravemente enferma
durante dos días. Sin duda, la enfermedad os ha debilitado y os ha dejado
dolorida — se levantó y la arropó— . Las mujeres han preparado sopa caliente
para vos. Os traeré un poco.
_________
se relajó en la gran cama cuando él se marchó. ¿Está arrepentido? Demuestra
preocupación, ¿pero de veras le importo algo? No pudo esperar la comida. El
sueño la dominó otra vez y la hundió en una serena oscuridad antes de que él
regresara.
CHICAS.. aqui les subo un capi.. medio largito xd jaajaj ya que no se si pueda subirles durante el fin de semana....ahi voy a ver si tengo tiempo.. se me cuidan.. y espero les guste este capi....
BYE =D
PD: Cabi... donde estas que hace días que no comentas??? =( hecho de menos tus comentarios.. espero estes bien....
Tom me diste mucha coleraaa!!
ResponderEliminarPobre (tn) y maldita Yarmile >.< claro q ella sabe q es una amenaza para ella..
Ojala Tom cambie esta vez y la valore y no la trate tan feo..
Tamitha porfa subeee el fin de semana has lo posibleeee...
Bye cuidate :D
hola... esta muy buena tu historia xD y porfis trata de subir el fin de semana plis.. cuidate y que estes bien chau xD
ResponderEliminar\tu fan reportandose desde la parte mas distante de la tierra!! ejejejeje q dramatica! perro si estoy en el monte con casi nada de senal y haciendo un esfuerzo por leerte tamitha!!!
ResponderEliminarEspero escribirte pronto!! todos los cap estan buenisimos! necesito contarte algo super mega waow q estoy leyendo,
tkm bonne weekend
cabi
desde los arrabales de nicaragua jejejeje (te cuento despues)
ame a Tom en este capitulo, de verdad, me gusto mucho!! no pude comentar el capitulo anterior pero tu sabes que los leo (: Tom ya deberia de admitir que si ama a TN y Yarmille deberia pagar por intentar matarla!!
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