"CAPITULO 22"
Cuando
pasó junto a Perrin él le hizo un guiño que la hizo sonreír pese a sí misma.
Entregó los jarros a los dos hombres que no conocía. Ellos los hundieron en el
enorme caldero lleno de espumoso hidromiel que estaba sobre la mesa. Después
dejó uno delante de Bayard, quien afortunadamente estaba absorto en una
discusión con Gorm y no notó su presencia. Cuando por fin llegó junto a
Anselmo y Hugh, su expresión estaba
llena de odio. Dejó los jarros ante ellos y en ese momento su expresión cambió
rápidamente por una sonrisa apretada cuando encontró la mirada de Tom, que
estaba sentándose a la mesa.
En
el instante siguiente, _________ ahogó una exclamación cuando Hugh la tomó de
la cintura y la hizo sentarse sobre su regazo.
—
De modo que, después de todo, habéis domado a la zorra, hermano — dijo Hugh
dirigiéndose a Tom y riendo por lo bajo— . Yo no lo hubiera creído posible.
—
¿Acaso no dije que lo haría? — replicó Tom. Brenna se obligó a quedarse quieta.
Si hubiera sido otro quien la sujetaba y no Hugh, habría pensado en coquetear
con él.
Pero
no con Hugh, a quien despreciaba.
—
Ya hace tres meses que la tenéis y raras veces estáis en casa para hacer uso de
ella. ¿Por qué no me la vendéis? — ofreció Hugh— . Os daré tres de mis mejores
caballos... cuatro, si insistís.
__________
observó atentamente a Tom, esperando su respuesta. El tenía el entrecejo
fruncido, como si estuviera pensando. Cuando no respondió inmediatamente, __________
sintió que el pánico crecía en su interior. No había pensado que él pudiera
venderla. Comprendió, con pavor, que él era realmente su dueño. Tenía el
derecho a venderla y ella nada podría decir.
___________
estaba a punto de revelar su secreto, de dejar que todos supieran que había
entendido las palabras de Hugh y rogarle a Tom que se negase. Pero la voz
impaciente de Hugh la detuvo.
—
¿Y bien? ¿Qué decís, hermano?
—
Hubierais podido tener a la muchacha por nada, pero en cambio elegisteis a la
hermana — le recordó Tom a su hermano.
—
En realidad, no pensé que fuera posible domesticarla. Yo quería una mujer de
carácter, pero ésta casi me arranca la lengua con los dientes cuando la probé.
Sin embargo, parece que vos la habéis domado.
—
¿De modo que habéis cambiado de parecer? Creo que os gustaría iniciar un harén
como tienen esos califas de Oriente. Sois afortunado al tener una esposa tímida
a quien no le importan vuestros retozos, Hugh.
Alrededor
de la mesa sonaron las risotadas de todos los que estaban escuchando y hasta
Anselmo se les unió. Todos excepto Hugh
rieron y __________ se estremeció cuando él le apretó la cintura con más
fuerza.
—
No habéis respondido, Tom — dijo Hugh con voz fría.
—
¿Por qué queréis a la muchacha? — preguntó Tom con seriedad— . No es tan
complaciente ni agradable como creéis. Su lengua es tan filosa como la hoja de
vuestra espada, pero, por supuesto, vos no la entenderíais. Es obstinada,
desafiante, terca y decididamente de mal carácter. Su única virtud es la
belleza.
—
Por la razón que acabáis de dar es que la deseo. Admiro su carácter.
—
La dejaríais baldada, Hugh, porque no tendríais paciencia con su terquedad —
dijo Tom en tono cortante, pero enseguida suavizó su tono y añadió— : sin
embargo, no importa, todavía no tengo deseos de venderla.
— Entonces, disfrutaré ahora de la zorrita —
dijo Hugh, y se levantó de la mesa, sin soltar la delgada cintura de _________
que sujetaba con su enorme brazo.
Tom
también se puso de pie con una expresión sombría y amenazadora en el rostro.
—
No, hermano, no quiero venderla ni compartirla.
Hugh
vaciló un momento. Después rió nerviosamente, soltó a __________ y volvió a
sentarse. _________ quedó inmóvil y sintió la tensión en la habitación como un
peso alrededor de su cuello.
Anselmo había guardado silencio mientras sus hijos
discutían, pero ahora se aclaró la garganta y se dirigió a Hugh en tono severo.
—
Contentaos con la mujer de pelo llameante que tenéis en casa y olvidaros de
ésta. Ella pertenece a Tom por mi palabra y si él decide venderla alguna vez,
me la venderá a mí porque yo puedo ofrecerle más de lo que vos estaríais
dispuesto a pagar.
Los
dos hijos miraron al padre con incredulidad.
—
Habéis dicho que no confiabais en ella para tenerla en vuestra casa por temor a
que tratara de mataros — le recordó Tom a su padre— . ¿Por qué querríais volver
a comprarla?
—
Os la di a vos en la esperanza de que querríais conservarla, pero si no la
queréis, entonces prefiero verla libre antes que en posesión de algún otro.
—
¿Pagaríais la fortuna que yo exigiría sólo para dejarla en libertad? — preguntó
Tom.
—
Sí.
—
¡Esto es inaudito, padre! — protestó Hugh.
—
No obstante, lo haría.
_________
miró atónita a Anselmo . Nuevamente debió agradecerle, ¡Maldito vikingo! ¿Cómo
podría matarlo, ahora que sabía esto?
—
¡Id a ocuparos de la comida, mujer! — ordenó Tom en un tono irrazonablemente
cortante.
_________
se volvió y vio que él la miraba ceñudo, de lo que dedujo que no estaba
satisfecho con las palabras de su padre.
—
No es necesario que gritéis, vikingo. No soy soldado — amonestó con altanería y
se volvió para retirarse. Se detuvo al pasar junto a Perrin y se inclinó para
susurrarle al oído— . Parece que tendréis que esperar para siempre para
encontrarlo de buen humor. Pobre Janie.
—
Pobre de mí — respondió él también en un susurro y con una expresión llena de
preocupación. Después sonrió— . Las cosas serían más fáciles si vos le
sonrierais. _________ se irguió y rió en voz alta.
—
Es una vergüenza que me hayáis sugerido semejante cosa, Perrin.
Enseguida
se dirigió al área de cocinar, sin advertir que Tom la seguía con sus ojos que
ahora tenían el color oscuro.
__________________________________________________________________________
_________
se preguntó si en su vida volvería a ver algo tan hermoso como la aurora
boreal. Miró maravillada la niebla de color violeta que se arremolinaba en el
cielo. El suelo, los edificios, todo a su alrededor estaba pintado de un
violeta brillante y luminoso. Quién podía quejarse de la falta de sol para
alumbrar el camino cuando contaba con tan magníficos despliegues de color.
Si
no hubiera hecho tanto frío, _________ se habría quedado a contemplar
indefinidamente la bruma luminosa. Pero hacía frío, mucho frío, en realidad.
—
Vamos, Coran, antes que mis pies se congelen y yo también me convierta en
hielo.
Corrió
junto al joven. El también estaba bañado en luz violeta y parecía salido de una
tapicería.
Fue
un golpe de suerte cuando Coran le preguntó si necesitaban más provisiones del
depósito antes de ir a acostarse. En realidad, no faltaba nada que no pudiera
esperar hasta la mañana, pero __________ dio la excusa de que estaban escasos
de centeno para hacer pan y que si lo buscaban ahora, Coran podría dormir hasta
más tarde por la mañana.
_________
lo hizo esperar mientras sacaba dos sacos del pequeño lugar de depósito detrás
de la escalera donde se guardaban alimentos y especias.
Escondió
uno de esos sacos debajo de su capa y le dijo a Coran que lo acompañaría por si
veía algo más que pudieran necesitar.
Esta
era la oportunidad que había estado esperando. Podría procurarse armas que
ocultaría hasta que las necesitase. Y si encontraba una capa más liviana la
cambiaría por la suya, aunque ahora tenía que admitir que la capa más pesada la
mantenía bien abrigada.
________
agradeció que fuera tarde y las otras mujeres estuviesen ocupadas en el hall,
recogiendo los restos del oso asado que habían servido más temprano. Coran
abrió la sólida puerta del depósito y rápidamente encendió la vela que estaba
en el interior. _________ quedó decepcionada al descubrir que la habitación
contenía solamente alimentos, aunque estaba bien llena. Un gran recipiente como
el de junto a la casa donde se recogía el agua de lluvia estaba lleno casi
hasta el borde de cebada y había otro que contenía avena. De las vigas colgaba
carne salada de pequeños animales que había cazado Tom.
Había
barriles de centeno y uno lleno de manzanas silvestres y otras frutas secas.
Grandes sacos contenían judías, cebollas y nueces y muchos sacos más pequeños
con hierbas y especias estaban dispuestos en estantes fijos a las paredes. Lo
que buscaba ________ evidentemente se hallaba detrás de otra puerta cerrada, la
del fondo del depósito, donde se había añadido otra habitación más pequeña.
—
¿Qué hay ahí atrás, Coran? — preguntó en tono inocente y señaló la puerta
cerrada.
—
Ahí es donde el amo Tom guarda sus riquezas.
—
¿Tenéis la llave?
—
Sí — respondió Coran— . Pero me está prohibido usarla a menos que me lo
ordenen.
—
¿Alguna vez la usasteis?
—
Por supuesto — replicó él con orgullo— . Cuatro veces al año limpio y pulo las
armas allí guardadas. Y es allí donde pongo las pieles después de curtidas.
—
¿Podríais abrir la puerta ahora, Coran? Me encantaría echar un vistazo.
—
No, no puedo.
—
Por favor, Coran — dijo ________ con dulzura— . El amo no tiene por qué
enterarse. Yo podría mirar un ratito mientras vos llenáis el saco de grano.
Coran
meneó lentamente la cabeza. Era evidente que tenía mucho miedo de hacer lo que ________
pedía. Sin embargo, ella estaba decidida a entrar en ese cuarto.
—
No debo hacerlo, __________. Si el amo llegara a enterarse, me castigarían con
el látigo o quizá me harían algo peor.
—
Pero él no se enterará, os lo prometo — insistió _________— . Ahora él está
divirtiéndose en el hall y ni siquiera sabe que estamos aquí. Por favor,
Coran... hacedlo por mí.
El
vaciló unos segundos más y después sonrió con timidez.
—
Está bien. Pero sólo el tiempo que me lleve llenar este saco — fue hasta la
puerta y la abrió— . Y no debéis tocar nada.
Impulsivamente,
ella se inclinó y lo besó en la mejilla.
—
Gracias, Coran. No olvidaré esto.
El
enrojeció, y hundió avergonzado la cabeza y fue a llenar el saco. __________
abrió completamente la puerta para dejar que la luz de la vela entrara en la
habitación más pequeña. Había esperado encontrar tesoros, pero no la abundancia
que pudo ver a la débil luz de la bujía. Había una pequeña pila de pieles que
crecería antes de que llegara la primavera y a su lado un cofre abierto, lleno
de telas exquisitas: sedas, brocados, finísimos terciopelos. En un estante
contra la pared había hermosos cálices hechos de bronce, plata y hasta oro, e
incrustados con gemas. Junto a ellos había fuentes y jarras de plata grabada y
tallada.
Sobre
una mesa había varias curiosidades de valor, estatuas de mármol y marfil,
candelabros de oro, pequeños incensarios de bronce, una cruz enjoyada de
treinta centímetros de largo, piezas de ajedrez de marfil y muchos otros
tesoros. En un cofre de madera de teca forrado de terciopelo que estaba sobre
la mesa __________ vio joyas que la deslumbraron: collares de rubíes y
diamantes, ajorcas de oro y plata incrustadas con gemas o delicadamente
talladas. Otro cofre estaba abierto en el suelo y lleno de monedas de oro y de
plata.
Por
fin, las armas atrajeron la mirada de _________. colgadas de dos paredes
laterales había armas de toda clase. Ballestas y flechas, lanzas de diferentes
largos, hachas y espadones, mazas con púas y, en un soporte especial, dagas
enjoyadas, __________ se acercó a estas últimas y tomó una incrustada con
trozos de ámbar. Quizá el ámbar, que se decía era la gema favorita de Thor, la
protegería. Aunque no necesitaría la ayuda de Thor.
_________
miró las ballestas, en cuyo manejo era experta. Tomó una, junto con una
provisión de flechas. Puso todo en un saco atado a su cinturón y también metió
debajo de éste una espada. No era tan liviana como había sido la suya, pero
aquella preciosa espada ya no existía.
_________
estaba por retirarse con su saco lleno, pero en ese momento vio un par de botas
de cuero negro. ¡Las suyas! Junto a las mismas, en un estante, estaban sus
ropas, las mismas que había vestido para sepultar a su padre. Todavía las
llevaba cuando perdió la batalla más importante de su vida a manos de Anselmo
Haardrad.
__________
se apoderó rápidamente de las botas y la ropa, se envolvió completamente con su
capa y salió de la habitación en el instante que venía Coran.
—
No me había percatado de que Tom es un hombre tan rico — comentó ________ con
inquietud. Rogó en silencio que Coran no notara la falta de las armas.
—
Sí, pero no son muchos los que lo saben.
—
Es muy joven para haber acumulado tanta riqueza. Debió hacer muchas incursiones
de pillaje en su juventud.
Coran
sonrió.
—
No. La mayor parte de lo que visteis él lo trajo de Oriente. Nuestro amo es un
comerciante muy hábil.
Después
que Coran cerró las puertas con llave,
regresaron junto a la casa. Al oír el bullicio de la francachela que
seguía llegando desde el hall, _________ dio las buenas noches a Coran y subió
rápidamente al cuarto de costura.
CHICAS aqui estoy con un nuevo capi.. espero les guste...
Cuidence..
BYE =D
genial me muero si tom la vende menos mal besotes cuidate.
ResponderEliminarhola! aww tamara... tom se enamoro de ____ dios *-* que bonito, ella me desespera aveces porque bien que le gusta estar junto a tom... y quien no xD cuidate y que estes bien chau xD
ResponderEliminarhola, esta buenisima la historia, dios tom se enamoro de ___ ahi que lindo, ella aveces me desespera pero bueno ... cuidate y sube el siguiente chau xD
ResponderEliminarAwww Tom no kiso compartir a (tn) que emocion..!!
ResponderEliminarHabra problemas con lo q (tn) a saxado del cuarto de Tom?? Se dara cuenta??
Siguelaaa esta hermosa la fic. La amoo..
Bye cuidate :D
espero que Tom no se de cuenta de que faltan armas y no vaya a castigar ni a Coran ni a Tn... ¡pero que emociooon!! Tom la defendio de Hugh!!... espero el proximo con ansias :D
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