Lady ________ sabía que la...
esclavitud era el destino de las mujeres capturadas por los vikingos.
Brutalmente raptada por un hombre sin escrúpulos, ella había jurado vengarse,
enfrentarse a él hasta la muerte y no someterse jamás a su voluntad.
Lo malo es que ese Vikingo era padre de Tom Kaulitz....

jueves, 8 de noviembre de 2012

"CAPITULO 11"




Entonces, inesperadamente, él dejó caer al suelo el grueso cinturón. Ella lo miró con expresión de desconcierto que se acentuó cuando él procedió a quitarse la túnica. Luego se inclinó para soltar las correas de cuero que le ceñían los pantalones alrededor de las piernas, y ella ahogó una exclamación.

— ¿Qué estáis haciendo?

Una sonrisa cruel asomó a los labios de Tom.

— Me desnudo — dijo.

Ella dilató los ojos.

— ¿Me golpearéis sin vuestras ropas? — preguntó con incredulidad.

— No, mujer — dijo él fríamente mientras terminaba con las correas y se quitaba sus botas de cuero blando— . He decidido trataros de otra forma.

— ¿Cómo?

El enarcó una ceja.

— Yo diría que es obvio. Os dominaré en la única forma segura que un hombre domina a una mujer. Os poseeré.

Ella lo miró un instante antes de que el significado de las palabras se le aclarase. Por primera vez, un miedo genuino asomó a sus ojos. Su cara perdió color. Dio un paso atrás.

Un pánico aterrorizador se adueñó de _________. Esto no tenía que suceder. Todos habían dicho que él odiaba a las mujeres. Bayard dijo que él no la usaría en esa forma. Y él no la había mirado ni una sola vez con lujuria, como los otros. ¿Cómo podría soportar el sufrimiento que, según Cordelia, acompañaba al acto? ¿Tendría que avergonzarse de sus propios gritos de dolor? No tenía idea de lo intenso que podía ser.

Tom miró a ________ con perplejidad. Vio las emociones en conflicto que cruzaban el rostro de la joven. Pero más lo sorprendió el terror en esos ojos... ella, que hasta ahora sólo había demostrado coraje, que había esperado, desafiante, que él le diera una buena azotaina y ahora se acobardaba ante la perspectiva de ser poseída.

Un cambio tan dramático era desconcertante. Había pensado que, por la actitud rebelde de ella, ningún dolor la doblegaría. Pero que tanta determinación se quebrantase por el medio que él escogía para humillarla no estaba de acuerdo con ese carácter; por lo menos, no antes que el hecho estuviera consumado.

— ¿He encontrado el medio de domaros? — preguntó en tono sereno y curioso.

Ante esas palabras, en el rostro de ella apareció, a su pesar, una chispa de cólera.

— ¡Yo no soy un animal para que me domen! — dijo.

— Pero sois una esclava cuya arrogancia no puede ser tolerada — replicó él con suavidad.

— Pero vos no me deseáis, vikingo. ¿Entonces, por qué esto? — dijo ella en tono sumiso.

Tom la miró pensativo.

— Admito que detesto a las mujeres. No las uso a menudo, sólo cuando lo exige mi cuerpo. Y, por lo tanto, una hembra bien formada no me atrae como antes. Pero parece que ésta es la única forma en que puedo poner fin a vuestra altanería.

Dió un paso adelante y ella se puso todavía más pálida. Permaneció un momento petrificada y luego se lanzó locamente hacia el cuchillo que estaba en el suelo. Pero Tom había anticipado ese movimiento y la agarró antes que pudiera acercarse al arma.

_________ luchó como una criatura salvaje atrapada, que sabe que pronto va a morir. Sus agudas uñas se clavaron en ese pecho como una roca, pero a sus oídos sólo llegó una risa divertida.

— Ahora no estáis armada, mujer. Enfrentaréis mi fuerza con la vuestra, pero ya sabéis quién saldrá perdedor.

Ella hundió los dientes en el brazo de él. Rápidamente quedó libre, pues él gritó y la soltó. _________ quiso arrojarse al suelo, pero él la tomó de la parte posterior de la camisa. Cuando ella tiró, la prenda se rasgó hasta la cintura.

Allí, el cinturón impidió que siguiera desgarrándose. El la atrajo hacia sí. Ella se volvió y lo golpeó en la cara con el puño cerrado. El le aferró el brazo como una férrea tenaza y se lo retorció a la espalda, haciendo que los pechos de ella se apretaran contra él.

— ¡Soltadme! — gritó ella con voz cargada de histeria.

— No, creo que no lo haré.

_________ pensó en rogarle otra vez, pero levantó la mirada y vio el deseo que por fin asomaba a los ojos de él. Sintióse debilitada por el miedo y lo único que pudo hacer fue sacudir la cabeza de lado a lado cuando él intentó besarla. Por fin él le sujetó la cabeza con su poderosa mano y bajó su boca hacia la de ella. Pero antes de que los labios se encontraran, ella agarró un puñado de la dorada melena de él y le tiró la cabeza hacia atrás.

— ¡Por Thor, mujer! — gruñó él— . ¡Os resistís como si fueseis todavía virgen, cuando no lo sois!

— Lo soy — dijo ella en un susurro contra el pecho de él, haciendo una mueca por el dolor del brazo que él no le había soltado.

El miró desde arriba la coronilla de ________ y vio la gruesa trenza negra que caía por la espalda desnuda. Aflojó un poco el brazo, pero siguió sujetándola contra él.

— No puedo creer que los hombres de mi padre no se hayan sentido atraídos por vos como se sintieron los míos.

— No se me acercaron .— dijo ella quedamente, y rezando para que esto lo hiciera cambiar de idea— . Vuestro padre los mantuvo alejados.

Súbitamente, las carcajadas de Tom llenaron la habitación.

— ¿De modo que es por eso que ahora me teméis?

— ¡Yo no os temo, vikingo!

— Sí, me teméis — repuso él, con voz mucho más suave— porque yo soy el hombre que va a desfloraros. Seré gentil con vos, _________, pues os demostraré lo que quiero demostraros, no importa cómo os trate.

La levantó en brazos, pero ella se retorció y pateó salvajemente otra vez. Fue un esfuerzo llevarla hasta la cama. Allí la dejó caer, en seguida se le echó encima y la sujetó firmemente. Ella se arqueó y sacudió para quitarse el gran peso de encima y le arañó la espalda, hasta que él le sujetó los brazos a los lados.

— ¿Por qué insistís, mujer? He dicho que seré gentil. Os causará algún dolor esta primera vez, pero no mucho.

— ¡Mentís! — gritó ________, tratando en vano de liberar sus brazos— . ¡Otro rasgo vil para añadir a los otros que tenéis!

— ¡Quieta! — ordenó él en tono cortante cuando ella levantó la rodilla peligrosamente cerca de su ingle— Estabais dispuesta a recibir una azotaina que causa mucho dolor, pero rechazáis esto, que sólo causa placer. ¿O es la humillación lo que teméis, porque una vez hecho, no habrá ninguna duda de que me pertenecéis?

— ¡Vuestra lengua embustera no hará que me someta! — gritó ella llena de frustración— . ¡Conozco los sufrimientos que vais a causarme!

— ¿Sufrimientos? — el miró esos ojos aterrorizados y se preguntó qué demonios le habrían metido en la cabeza— . La verdad surgirá del hecho, mujer.

Con eso, se apartó de ella y ________ pensó fugazmente que había cambiado de intención. Pero se engañó, porque al instante siguiente le quitaron el cinturón, y su camisa le fue arrancada de los hombros, bajada por sus caderas y arrojada al suelo. Gimió débilmente por la humillación de tener su joven cuerpo desnudo completamente ante los ojos lascivos de un hombre. Y los ojos de este hombre saborearon con voracidad su desnudez y la hicieron cerrar los ojos de vergüenza.

— Así que éste es el cuerpo que queríais negarme — murmuró él con voz ronca— Esperaba encontrar formas de muchachito, no estas curvas y redondeces perfectas. Sí, sois una mujer de verdad, completa. Nunca había visto tanta belleza... y ahora es toda mía.

________ se sobresaltó ante sus palabras y abrió los ojos.

— ¡Cesad de balbucear, vikingo! ¡Yo no soy vuestra y vos no habéis demostrado lo contrario!

El le sonrió a esos tormentosos ojos grises y esas mejillas de color encendido.

— Lo haré con placer, ________. — pronunció el nombre como una caricia— . Sí, con mucho placer, por cierto. 

Se inclinó, sus manos le sujetaron los brazos a los costados y puso una pierna sobre las de ellas, dejándola inmovilizada. Después llevó sus labios a las firmes eminencias de los pechos que se alzaban orgullosos frente a él. Tomó uno en su boca y succionó suavemente hasta que el delicioso pezón se irguió impúdico bajo su lengua. _________ se estremeció ante este ataque. Nunca había soñado que los labios de un hombre pudieran ser tan ardientes. Parecían abrasarla donde tocaban. ¿Este intenso calor era parte de los sufrimientos que iban a venir?

Bajó la vista hacia él; asombrada, miró la cabeza que descansaba sobre sus pechos, el pelo ondulado que le hacía cosquillas en la piel. Después miró los hombros enormes y vio las finas marcas sangrientas de sus arañazos.

Observó los músculos de hierro que ondearon en la espalda cuando ella trató de mover sus brazos y él se lo impidió. ________ admiraba la fuerza y el coraje; siempre los había admirado. Pero la fuerza de este hombre era increíble. La sujetaba con pasmosa facilidad cuando ella trataba con todas sus energías de sacárselo de encima. Aunque un cuerpo tan poderoso era magnífico de contemplar, estar a merced de esa fuerza le resultaba intolerable.

— Tom..., Tom... — El la miró, asombrado.

— Es la primera vez que usáis mi nombre — dijo — Me gusta como suena en vuestros labios.

________ se esforzó para hablar.

— Tom, soltadme — dijo en tono lo más cercano al ruego que le fue posible.

El sonrió, con los ojos inflados de pasión.

— No, mi beldad. Es demasiado tarde para eso.

Intentó besarla, pero ella volvió la cabeza a un lado. Le soltó un brazo para sujetarle la cara. Instantáneamente lamentó su decisión, pues ella le clavó en una parte blanda del pecho unas uñas como filosos dientecillos. El aulló de dolor y rápidamente volvió a sujetarle la mano.

— ¡Veo que, después de todo, tenéis un arma, mi hembra sanguinaria!

— ¡Sí, pero lamento no poder alcanzar vuestro corazón; porque, si pudiera, lo arrancaría y lo arrojaría a los lobos para que lo comiesen!

— Bueno, mí fierecilla, aquí tengo algo que os daré a cambio, aunque no irá a los lobos, sino entre vuestras piernas — gruñó él, y le aferró ambos brazos con una mano mientras que con la otra se quitaba los pantalones.

Con las piernas libres por un momento, ella pateó con furia, pero fue inútil. Y entonces, el miembro duro e hinchado de él se apretó contra sus muslos.

Como él estaba de costado, ella pudo verlo claramente, soltó una exclamación ante el enorme tamaño y supo que Cordelia no había mentido. Seguramente, este orgulloso animal la haría pedazos y la dejaría pidiendo misericordia a gritos. Pero aunque se sintió presa de un miedo horrible, no pudo pronunciar las palabras rogándole que la soltara.

Su pánico creciente casi la ahogó. Se sacudió y retorció de tal modo que no se dio cuenta de que él había metido las rodillas entre sus piernas y ahora se inclinaba sobre ella. Cuando él bajó lentamente su peso, anulando de una vez por todas sus inútiles esfuerzos, supo que estaba atrapada sin la menor esperanza de escapar.

— Actuáis como si fuera a mataros, muchacha —  dijo él, todavía asombrado de que ella luchara con tanta fiereza— . Dejad a un lado vuestros temores. No pereceréis en mi lecho.

— ¡Las palabras de un taimado zorro a su víctima elegida! — siseó ella entre dientes— . Os advierto, vikingo. Si insistís en esta fechoría lo lamentaréis. ¡Yo no me tomo las injusticias a la ligera!

El ignoró la amenaza y aplicó sus labios a la curva del cuello de ella. Después, le susurró al oído.

— Relajaos, ________, y seré gentil con vos.

— ¿Cómo puede ser gentil un patán chapucero? — replicó ella.

________ no vio que la cara de él se crispaba de cólera, pero la voz fue prueba de su fastidio...

— ¡Entonces, lo tendréis a vuestro modo! — dijo Tom.

Las piernas de ella estaban ampliamente separadas por los muslos de él. El enorme miembro fue como un grueso vástago de acero que apretaba para penetrarla, hasta que encontró la firme resistencia de la doncellez, una muralla destinada a mantener afuera a los intrusos. Pero como un ariete que golpea y golpea, él atravesó la muralla de la fortaleza, desgarrando la carne, y ella sintió un dolor penetrante y ardiente. El cuerpo de ________ estaba rígido de expectativa. Esperó que el terrible sufrimiento continuara. Pudo sentir el arma ofensiva que entró profundamente en ella y enseguida salió por completo, sólo para volver a entrar más y más hondo. Una y otra vez la penetró, salió, regresó rápidamente para sepultarse de nuevo en ella. ¿Dónde estaba el dolor que ________ temía por sobre todas las cosas? ¿Y qué era esta extraña sensación que lentamente se extendía por su cuerpo y que la hacía sentirse flotando, volando en una nube mística que la llevaba cada vez más alto... y hacia dónde?

________ no sabía que Tom estaba observando la confusión de sus facciones. Por fin él cerró los ojos y entró tan hondo que pareció que ambos quedarían unidos por toda la eternidad. Después se quedó quieto. Aunque hubiera querido bajar la guardia y descansar en esta proximidad, para obtener de ello más placer, ni siquiera ahora pudo confiar en ella.

_________ estaba sumida en sus pensamientos cuando él la miró, una arruga le cruzaba la frente. Tom se preguntó brevemente por el humor de ella, por qué ahora estaba tan quieta y no exigía que la soltara. Ella habíale proporcionado más placer del que había creído posible y con un poco de asombro sintió que ya estaba deseando volver a poseerla.

— ¿Por qué os detenéis? — preguntó ________ en tono altanero.

El miró esos ojos confundidos y rió.

— Porque habéis recibido mi simiente y pasará un rato antes que pueda daros más.

— Pero aún estáis duro dentro de mí — replicó ella sin avergonzarse— . Puedo sentiros. ¿No podéis continuar?

Tom la miró completamente sorprendido.

  ¿Queréis que continúe?

Ella lo pensó un momento y respondió en tono indiferente.

— No, el momento ha pasado.

El gruñó, irritado por la respuesta, y se preguntó si después de todo, no habría perdido la batalla.

— Deduzco que no os resultó tan terrible, ¿eh? — preguntó mientras buscaba sus pantalones.

— No, en lo más mínimo — repuso ella y se estiró perezosamente delante de él. De pronto, una expresión de cólera pasó por su rostro— . ¡Pero alguien pagará muy caro por lo que fui persuadida a esperar!

— ¿Quién?

— Es asunto mío, no vuestro—replicó ella. En seguida, sus carcajadas resonaron en la habitación, aumentando aún más la confusión de él— Este día he aprendido mucho, vikingo. Os doy las gracias
 
CHICAS espero les guste el capi... =) 1313 jajaja por lo menos a mi me ha gustado...
Lo bueno es que ahora TN ya no va a sentir miedo a la hora que Tom la quiera tomar... si es que puede de nuevo. jajaja
 
Cuidence
Las Quiero
BYE =D

5 comentarios:

  1. O.o esperaba ansiosa muy ansiosa este capituloo!! Esa (tn) tan altanera y siempre tiene algo q responder no se calla nada..
    Ahora le gustoo y claro ya no le tendra miedo a Tom!! Hahahahs y ahora se rie eso hara q Tom se confunda con su actitud..
    Likeee la fic esta muy hermosaa :D
    Siguelaaa subeee . Bye cuidate xD

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  2. jajajaa es genial!! La va a matar a Cordelia!!! Me mato lo de... ¿No podéis continuar? JAJAJAJA
    Me encanta esta historia y los personajes ... Gracias por subir los cap C:
    Bye y Cuidate!! :D

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  3. jejejejejejejej!!!! No ois poder seguir! 1jeejejejejejej lol

    hey hey le gustooooooooooooooooo lol!! jeejejejejej omg es que no puedo creerlo todavia ejejejej fue divertido me gusto el cap!!

    Gracias por subir!!!

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  4. hahahaha esta loca!! bueno continua y que estes bien chau xD

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  5. Tom no pense que si lo fueras a hacer! O_O jaja esta interesante y divertida la fic espero que subas pronto, no habia comentado antes pero sabes que no dejo de leer :)

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