Lady ________ sabía que la...
esclavitud era el destino de las mujeres capturadas por los vikingos.
Brutalmente raptada por un hombre sin escrúpulos, ella había jurado vengarse,
enfrentarse a él hasta la muerte y no someterse jamás a su voluntad.
Lo malo es que ese Vikingo era padre de Tom Kaulitz....

miércoles, 31 de octubre de 2012

RESPUESTAS XD



Chicas... para las que preguntaban en que país vivia.. si soy de _Chile.... jajaj asi no le quedan dudas.. y de verdad que tratare de subirles un capi mañana... =)

Y michell.. que coincidencia.. que bueno que somos del mismo país.. eso quiero decir que no estamos tan lejos jajaja... yo soy de Santiago...=)

Cuidence... y a descansar se a dicho.. por lo menos a los Chilenos xd jajaja

BYE =D

"CAPITULO 7"



________ fue puesta en un bote pequeño parecido a una canoa y llevada más lejos de la costa. La acompañó un solo hombre, Ogden, quien tenía instrucciones precisas de la esposa de Anselmo. El viaje fue corto. Pronto, altos acantilados volvieron a rodear el fiordo y tanto el agua como el valle quedaron envueltos en una sombría media luz. Entonces ella la vio: la casa de piedra de Kaulitz, encaramada muy alto sobre el acantilado, semejando una extensión natural de la roca gris.

El vikingo que acompañaba a _________ no estaba satisfecho con su tarea. Cuando estuvieron más cerca del embarcadero de madera, empezó a remar con más velocidad. Hubiera preferido, y hasta lo pensó fugazmente, cortar el cuello a la muchacha y arrojarla a las profundidades sin fondo del fiordo; ¿acaso ella no había herido a su hermano causándole así una vergüenza inaudita? Pero en ese caso Ogden hubiera tenido que responder ante Anselmo, por no mencionar a Tom, quien ahora era dueño de la muchacha. Y para ser sincero, no había ningún honor en matar a una mujer, y menos a una que estaba atada e indefensa. Ahora ella no se parecía en nada a aquel zorro negro que peleó con tanta astucia contra su hermano. Pero Odgen lo mismo odiaba a esta mujer que vestía de negro y actuaba como un hombre y lo miraba con ojos de tigresa, encendidos y venenosos.

El embarcadero no estaba directamente debajo de la casa de piedra, sino remontando más la costa, donde el acantilado iniciaba su escamosa declinación. Aquí empujó rudamente a _________ fuera del bote y la arrastró por un empinado sendero. El sendero era una estrecha huella hecha por los esclavos que llevaron las grandes piedras al sitio que Ulric había elegido para su casa. En la cima había un gran peñasco empujado a un lado. Si era necesario, podría ser usado para bloquear el camino desde el fiordo, la casa de Ulric sería una fortaleza excepcional en caso de guerra.

La casa se parecía a las moradas de madera de Noruega en un sólo aspecto: carecía de ventanas. Aparte de eso, era como las grandes mansiones de piedra que Ogden había visto en la costa escocesa: tenía chimeneas por las que podía escapar el humo, y un primer piso para vivir. En vez de mirar a los campos de atrás, la entrada de la casa estaba a un costado, donde crecían árboles añosos y retorcidos. Una casa depósito, cobertizos para el ganado y un establo estaban detrás de la casa; todas estas casas accesorias eran de madera.

Antes de morir, Ulric había dejado esta casa y unos pocos acres de tierra fértil a Tom, en presencia de Anselmo , a fin de que no hubiese disputas después de su muerte. Anselmo , de todos modos no quiso la casa porque sus paredes de piedra la hacían fría en invierno. Para Tom, sin embargo, fue una herencia. Pequeña, sí, pero la única que recibiría, puesto que, por tradición, todo lo que Anselmo  poseía iria a parar a manos de Hugh, el primogénito.

Tom no era agricultor como Ceden y otros ni tampoco pescador, como la mayoría, Era cazador, diestro con la derecha y el venablo, y su coto de caza eran los densos bosques que bordeaban su tierra. Le gustaba aventurarse en las áreas despobladas ir lejos de la costa donde abundaban el lince y el alce.

En Invierno, no se oponía a navegar por las tibias aguas, costeras tan lejos como hasta el Cabo Norte, en busca de osos polares. Como prueba de su destreza de cazador había reunido un gran cargamento de pieles a lo largo de dos inviernos, que se llevó para comerciar en el Oriente.

Aunque Tom no era agricultor, permitía que sus esclavos cultivasen pequeñas parcelas y así, para su mesa, disponía de lechugas y judías, centeno para hacer pan y cebada parar el hidromiel que se consumía todas las noches.

Ogden había pasado una semana en la casa de Tom el invierno anterior al viaje del joven a Oriente. Su hospitalidad fue tan generosa como la de su padre.

Generoso con la comida y la bebida, hasta dio a Ogden una bonita muchachita esclava para que le calentara la cama, cosa muy necesaria en esa casa tan fría. Ogden estimaba a Tom y decidió pensativo que el joven no necesitaba este presente de su padre. Esta muchacha sería una espina en el costado de Tom, un verdadero demonio capaz de rebanar la garganta de su amo mientras él dormía. Sin embargo, ella era un problema de Tom y, por el momento, de la mujer que dirigía la casa.

La entrada de la casa estaba abierta para dejar pasar la brisa del verano. El tiempo ya empezaba a ponerse más fresco, señal de que la estación del sol de medianoche se acercaba a su fin y de que había que prepararse para la larga noche invernal, cuando el sol abandonaba completamente a los pueblos del norte.

— ¡Ah! ¡Señora Yarmille! —  gritó Ogden entrando con fuertes pisadas en el hall y llevando tras de sí a ________ como una vaca atada.

  ¡Ogdenl — el sorprendido saludo vino de una abertura en el extremo del hall.

Esta parte de la casa había sido cerrada años antes con una nueva pared, porque Ulric, en su ancianidad, no podía tolerar el humo del fuego que se usaba para cocinar y ordenó que la comida se preparase detrás de este tabique. Otros también habían tratado de hacer lo misma, pero no por mucho tiempo, porque el calor de los fuegos de la cocina era más deseable que la ausencia de humo. Ella estaba en la abertura, vestida de lino color azul claro y con una banda asegurando su pelo color paja en apretado rodete detrás de la nuca.

  No sabía que Anselmo  había regresado.

  Regresó hoy —  replicó Ogden — . Ahora está desarrollándose el festín.

  ¡ De veras! –Yarnille Ie alzó una caja de color leonado. Esta mujer había sido una belleza en su juventud, pero ninguna huella quedaba de ello ahora que estaba cerca de los cincuenta años. Era notable que así fuera, pues no había llevado una vida excesivamente dura— . Espero que la incursión haya tenido éxito.

Ogden gruñó y soltó a _________

  Resultó muy bien – dijo — . Había un tesoro para todos y siete cautivas regresaron con nosotros. Un hombre subió al Walhalla, ¡ vaya suerte la suya! Mi hermano fue herido, pero no de gravedad — . Ogden no dijo cómo — . Creo que Anselmo  le dará una de las cautivas, y otra será para la viuda del guerrero muerto.

— ¿Y ésta? —  Yarmile señaló con la cabeza a _________, quien se mantenía erguida con el pelo renegrido cayéndole desordenadamente sobre los hombros— . ¿El os la dio a vos?

Ogden meneó la cabeza.

— A Tom, es esta la que ofrecieron como su novia.

 La historia había viajado lejos.

— ¿Es lady ________? Bien, bien. Así que Anselmo  mantuvo su promesa —  ante la mirada interrogativa del vikingo, ella explicó— Yo estuve allí después que se marchó ese intermediario tonto. Creo que las palabras de Anselmo fueron: “Una novia ofrecen, una novia Tom tendrá, aunque no habrá boda".

Ogden rió porque conocía el odio de Anselmo hacia los celtas y sabía que nunca hubiera permitido una alianza semejante.

  Una novia sin votos nupciales... eso me gusta. Pero dudo que le guste a Tom.

— ¿Por qué no? Ella es bastante atractiva. Con algo que no sean esas espantosas sobrecalzas, se vería hermosa.

  Puede ser, señora. Pero su belleza no disimula su odio.

Yarmille se acercó a la joven y la hizo volverse hacia la puerta para verla con mejor luz, pero ________ volvió la cabeza hacia un lado y ni siquiera se dignó mirar a los ojos a la mujer

Yarmille arrugó el entrecejo.

  Empecinada, ¿eh?

  Sin duda —  repuso Ogden torvamente — . Tiene la apariencia de una fugitiva y sin duda tratará de escapar en la primera oportunidad. También es peleadora, en realidad, está entrenada en las artes de la guerra. Así que tened cuidado, señora.

— ¿Qué tengo que hacer con ella? — Ogden se encogió de hombros.

  Hice lo que me ordenó la señora Heloise. Os la he entregado. Ahora está a vuestro cuidado, puesto que vos dirigís la casa de Tom en ausencia de él.

— A ésta no la necesito — replicó Yarmille con irritación— . Cuando Tom partió, se llevó consigo casi todos sus esclavos para venderlos y me dejó sólo unos pocos para cuidar este iceberg de casa. Y ahora me traéis a ésta, que debe ser estrechamente vigilada.

  La señora Heloise sugirió que dejéis tranquila a la joven hasta que Tom regrese y decida cómo la tratara. Ella vendrá dentro de una semana para ver si esta dama ha aceptado su suerte.

— ¿Heloise vendrá aquí? —  Yarmille rió. —  Debe de estar muy preocupada por la muchacha para aventurarse aquí cuando Tom no está en casa.

Ogden sabía de la antipatía que se tenían las dos mujeres. Ambas habían dado un hijo a Anselmo

  Mi turca está terminada dijo — . ¿Queréis regresar conmigo al festín, señora? Habéis sido invitada por Anselmo .

Los ojos azul claro de Yarmille se iluminaron de placer.

  Iré —  caminó hasta la abertura que llevaba a la zona de cocinar y a la escalera —  Janie, ven aquí.

Un momento después, una joven pequeña vestida con una túnica de lana basta se hizo presente.

— ¿Señora?

— Janie, llévate esta muchacha contigo. Bañala, aliméntala y después ponla a dormir en la habitación del amo por ahora. Más tarde decidiré donde la pondremos permanentemente.

— Sí señora — respondió la mujer y miró a ________ con curiosidad.

— Ahora, Ogden, os agradeceré que llevéis esta muchacha a la habitación de Tom y que la vigiléis hasta que venga un esclavo para custodiarla.

Para ________ la semana pasó con exasperante lentitud. Perdió la noción del tiempo, La habitación donde estaba recluida era grande y fría, sin ventanas, y las dos puertas estaban siempre cerradas. Su cólera alcanzó una intensidad volcánica cuando la ataron a la gran cama de la habitación después del primer día, porque la altanera Yarmille pensó que destinar un esclavo para custodiarla era un desperdicio

La desataban de la cama sólo para comer, bañarse y aliviar sus necesidades, pero en esas ocasiones un esclavo acompañaba a Janie, aunque se quedaba fuera de la habitación. Los primeros dos días se negó a comer y arrojó la bandeja al suelo en un estallido de ira. Por fin habló, pero soltó tan demoníacas maldiciones que Janie se puso pálida y huyó corriendo de la habitación, dejando al esclavo que atara a ________. Ella se resistió y lo insultó también, pero poco pudo hacer con las muñecas todavía atadas Al tercer día, ________ se sintió débil por falta de comida y empezó a comer otra vez, aunque a regañadientes. Siguió sin hablar e ignoró a Janie cuando la muchacha vino.

Las dos comidas que recibía por día eran espaciadas. Una se la servían antes que Janie empezara sus tareas; la otra, después que terminaba por ese día. Durante el largo intervalo, _________ se sentía frustrada hasta las lágrimas por su incapacidad de moverse. El hambre no calmaba su furia, que se acentuaba con el paso de las horas.

Se sintió culpable y fastidiada por ser una carga para la pobre Janie, quien tenía que atenderla. Sabía que la muchacha trabajaba duramente todo el día y que desde su llegada tenía que trabajar todavía más. Janie tenía para ella palabras amables por la mañana, pero estaba agotada y silenciosa como ________ al terminar el día. _________ no podía culpar a la jovencita por sus modales bruscos al finalizar la jornada. Aunque todavía no hablaba con Janie, sentía pena por ella, emoción desusada en _________.

Janie hablaba la lengua de _________, pero también, por necesidad, había aprendido noruego. No lo dominaba completamente aún, pero sabía lo suficiente para entender las órdenes sin recibir una azotaina. _________ supuso que Janie también había sido tomada prisionera, aunque cuándo no lo podía adivinar y no quería preguntárselo, porque sentía rencor por la joven pese a saber que la desdichada sólo seguía las órdenes de Yarmille acerca de que ________ siguiera atada. Que su propia suerte sería fatalmente la de Janie era seguro. Pero sabía que jamás podría adaptarse a una vida de servidumbre. Se ocuparía de eso cuando llegara el momento. ¡Si por lo menos ese momento llegara enseguida y pudiera liberarse!

Sus pensamientos se volvieron hacia Tom Kaulitz, una vez su prometido, ahora su amo. A menudo se había preguntado acerca de él en el pasado.

Sabía que era joven, que tenía solamente veintidos inviernos. Que todavía no se hubiese casado, era la desgracia de ella, porque ésa fue la causa de que Fergus viniera a este clan para arreglar una boda que nunca tendría lugar.

También ahora sabía, después de escuchar al hermano, Hugh, que por alguna razón aquél odiaba a las mujeres. Esperaba que esto fuera una bendición.

Podría significar que la dejaría tranquila o que la trataría con crueldad. Rogaba que se diera la primera posibilidad, que su odio lo hiciera dejarla a un lado.

Pero si sucedía de la otra forma, ¿qué haría? Atada como estaba ahora, quedaría completamente a merced de él. ¡Maldita sea Yarmille, por sus precauciones!

Después de una semana, Heloise vino como lo había prometido. _________ reconoció su voz y Ia de Yarmille cuando se acercaban a su habitación.

Entraron y Heloise se detuvo de pronto al ver a _________ atada a la cama, pero Yarmille siguió acercándose.

  Ya veis — dio, Yarmille, en tono condescendiente— Como os he dicho, es una molestia.

Heloise se acercó, con los ojos fríos.

— ¿De esta forma tratáis la propiedad de mi hijo, atándola como a un animal?— preguntó con furia.

   Ogden dijo que tenía la expresión de una fugitiva — explicó Yarmille — Yo sólo quise asegurarme de que estará aquí cuando regrese Tom.

— ¿Fugitiva? — Heloise meneó la cabeza con exasperación — ¿Adónde podría ir? No hay donde escapar. Ni tampoco sabemos cuándo regresará Tom. Podrían faltar meses, todavía. ¿Tendréis así a la muchacha indefinidamente?

— ¡Mirad! — dijo Heloise secamente — Está pálida y ha enflaquecido en sólo una semana. ¿No tenéis sentido, mujer! Esta muchacha será un valioso capital para mi hijo. El puede venderla a buen precio en el mercado, o conservarla para su solaz, pero no apreciará la forma en que vos la cuidáis durante su ausencia.

Yarmille vio la verdad de esto y se puso levemente pálida. No convenía que la muchacha decayera o enfermara durante su encierro. De inmediato se sintió furiosa con la joven por ponerla en ese aprieto, pero ocultó ese sentimiento detrás de la tensa sonrisa que dirigió a Heloise.

  Tenéis razón. En adelante me ocuparé personalmente de la muchacha. Ella agradará a Tom. Hasta podría hacer que olvidase a Morna ¿no creéis'?

— ¡Eso, mi vieja amiga, es dudoso! —  replicó secamente Heloise antes de volverse a ________. — Seréis desatada, criatura, pero no debéis intentar fugaras de aquí. ¿Entendéis? —  preguntó suavemente —  No hay ningún lugar a donde ir

_________ no pudo responder, las amables palabras porque le ofrecían pocas esperanzas, especialmente después que las dos mujeres acabaran de hablar de ella como si fuese un objeto propiedad de alguien. Desvió la mirada. Heloise se sentó en la cama

  Este silencio empecinado no os sirve de nada, preciosa, Yo esperaba que ahora estaríais por lo menos un poco reconciliada con vuestro nuevo hogar. Anselmo pensó que agradaríais a Tom. Si hacéis el esfuerzo, será mejor para vos.

________ no quiso mirarla, pera Heloise no se dio por vencida.

  Habladme de vuestros temores, si los tenéis. Quizá yo pueda aliviarlos—________ vaciló, y enseguida añadió:—  Mi hijo no será difícil de contentar. No es exigente ni cruel. Quizá hasta llegue a gustaros y os sintáis feliz aquí.

________ la miró con ojos brillantes como plata bruñida.

— ¡Jamás! — siseo, sorprendiendo a las dos mujeres con la fuerza de su tono y con el hecho de que efectivamente tenía lengua — . No tengo ningún temor, señora. Sois vosotras quienes tenéis motivos para temer, ¡porque lamentaréis el día que intentasteis hacer de mí una esclava! ¡No dudéis que por ello correrá la sangre de vuestro precioso Tom!

— ¿Qué ha dicho? —  preguntó Yarmille. Heloise meneó la cabeza y suspiró.

  Aún está furiosa, pero no durará. Pronto se convencerá de que no tiene más alternativa que doblegarse... un poco, de todos modos.

— ¿Y hasta entonces? preguntó Yarmille. Heloise miró a ________ con expresión pensativa y le sostuvo la desafiante mirada.

— ¿Os comportaréis bien si se os da la libertad de esta habitación?

— ¡Yo no prometo nada! — ,aplicó ________ con energía, y nuevamente desvió la mirada.

— ¿No podéis ser razonable?

________  quedó callada y Heloise por fin renunció y se marchó. Yarmille, en cambio, se quedó.

  Bien, _________ Carmaham —  dijo— , ahora que su alteza se ha marchado, todavía no hay ninguna necesidad de desataros Esta noche será más apropiado,  Yarmille siguió hablando con desdén, aunque creyó que lo hacia para ella sola, pues ni soñaba que _________, podía comprender perfectamente todo lo que decía — Mañana recibiréis comida adicional para poner un poco más de carne en vuestros huesos, y se os sacará al aire libre para que os ventiléis como... a un tapete, podríamos decir.

Rió de su propia broma y salió de la habitación.

A _________ le hubiera gustado matar a la mujer si hubiese tenido una espada al alcance de la mano y no tuviera las malditas cuerdas sujetándole las muñecas.

¡Oh, criaturas hipócritas, despreciables, viles! Más tarde la dejarían en libertad, por lo menos dentro de esa habitación, y por la mañana haría planes para escapar. ¡Eran unos tontos si se confiaban!

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El grande y largo navío vikingo avanzaba por el fiordo como un enorme dragón con remos en vez de alas, y se acercaba pacíficamente a su destino. Al pasar frente al embarcadero de Anselmo , los hombres quisieron lanzar gritos y hacer barullo, pero Tom los detuvo. Aunque el sol de medianoche se demoraba sobre el horizonte como una gran bola de fuego, todavía no era de día y casi todos debían de estar durmiendo profundamente. Por la mañana habría tiempo de sobra para el jolgorio y los saludos a los amigos. Pero ahora Tom quería llegar a su casa a fin de dormir lo que quedaba de la noche en su propia cama.

Los hombres pasarían la noche en la casa de Tom. A la mañana irían a sus hogares, buscarían a sus familias y regresarían para celebrar. Todos se sentían agotados porque pocas horas antes habían tenido que luchar contra una tormenta.

Dos hombres fueron escogidos para permanecer en el barco, pues el cargamento no sería desembarcado esa noche. Los otros siguieron a Tom por el estrecho sendero que subía el acantilado, llevando sólo lo esencial. La casa estaba silenciosa y oscura, porque el tiempo todavía no era tan frío como para tener fuegos encendidos durante la noche. La luz del sol entraba por la puerta abierta y daba claridad suficiente para moverse sin tropezar con los bancos y las largas mesas que había en el hall.

Tom encontró su camino por la escalera a oscuras sin dificultad, porque conocía bien la casa después de haber pasado aquí una buena parte de su juventud con su abuelo. En el primer piso había cuatro habitaciones, la suya, la gran cama principal a un lado de la escalera; un pequeño cuarto de costura al otro lado; cruzando el ancho corredor, un cuarto de huéspedes con dos camas grandes; y la habitación destinada a Yamille, su ama de casa. Al final del corredor, en el fondo, había una puerta que se abría a una escalera de piedra que daba al exterior. Esta puerta estaba allí principalmente para permitir la entrada de aire fresco en verano, pero en esa época Tom raramente estaba en la casa para disfrutarlo.

Ahora abrió la puerta para iluminar el corredor y volvió al hall por algunos de sus hombres, entre ellos Perrin, a fin de conducirlos al cuarto de huéspedes. Los demás dormirían en el hall, sobre los bancos, pues las camas duras eran más de su agrado.

Por fin Tom entró en su propia habitación. Aquí serían traídos el canapé sin respaldo, presuntamente de Oriente, y las dos sillas como tronos que había comprado en Hedeby. Por el momento, la espaciosa estancia estaba escasamente amueblada con una cama enorme, una sola silla de respaldo recto y un gran cofre. Ninguna alfombra, salvo una vieja piel de oso, cubría el frío suelo y ninguna colgadura adornaba las paredes. Esto sería corregido cuando la carga del barco fuera traída a tierra, porque Tom había hecho compras extravagantes para adornar su casa y dar a las frías cámaras de piedra algo semejante a la comodidad.

Débiles rayos de luz que llegaban del corredor iluminaban la habitación. Tom se dirigió a la puerta del lado opuesto que se abría a un pequen, balcón de piedra, y la abrió. Un panorama majestuoso se presentó a sus ojos. El fiordo se extendía a lo lejos en sombría esplendor. Al oeste estaba el azul profundo del océano; el púrpura y el gris oscuro de las montañas se alargaban al este.

Pero lo más sorprendente era la bola de fuego anaranjada del sol que apenas se elevaba del horizonte.

Tom permaneció allí varios minutos hasta que volvió a sentir el cansancio de su cuerpo. Dejó la puerta del balcón abierta. lo cual inundó la habitación de luz, y cruzó la habitación para cerrar la otra puerta antes de volverse hacia su cama. Allí sobre el blanco cobertor de armiño hecho por su madre con pieles que él le había traído, yacía la forma de una niña, acurrucada como una pelota, que parecía muy pequeña en el centro del amplio lecho.

Tom se detuvo de repente. El negro pelo de la muchacha se extendía en abanico sobre el armiño y le ocultaba la cara. Su figura era oscura, envuelta en un camisón de lana demasiado grande, de modo que no pudo calcular la edad de esta criatura dormida.
Sin embargo, no sintió curiosidad, sino cólera porque su lecho no estaba disponible para él cuando tanto deseaba su comodidad. Se volvió y salió airadamente de la habitación.


CHICAS... se suponia que mañana iba a subir la reaccion de Tom al encontrar a TN.. pero no me aguante... xd jajaja asi que espero les guste el capi.. y sorry por la tardanza pero es que tengo mucho pega....
Si no subo ni mañana ni el viernes.. es porque en mi pais son dias feriados... asi que voy aprovechar de ir a ver a mi abuelo al hospital para que sepan.... pero tratare de subirles si tengo tiempo...

Cuidence...
Las Quiero
BYE =D

martes, 30 de octubre de 2012

"CAPITULO 6"




El caserío era rústico, por decir lo menos. Apenas a unos cuatrocientos metros del fiordo se levantaba una gran casa sin ventanas hecha de madera, flanqueada por varias casas más pequeñas y cobertizos para el ganado. En los campos, más allá del caserío, había otras casas primitivas bastante separadas.

Unas cuantas mujeres y niños, acompañados por muchos perros corrieron al embarcadero para recibir a los hombres; otras esperaron cerca de la casa principal. ________ y las otras mujeres fueron atadas de las muñecas antes de desembarcar como si fueran una carga ordinaria, y dos hombres las escoltaron hasta una de las casas más pequeñas.

Todos los ojos siguieron a la delgada figura de negro que caminaba con andar orgulloso y sin temor. Las otras cautivas se movieron con lentitud. Fueron empujadas al interior de la casita y la puerta fue cegada y asegurada desde afuera. Quedaron rodeadas, de oscuridad.

— ¿Y ahora, qué pasará? — gritó Enid.

— Si lo supiera, no estaría tan asustada —  respondió otra muchacha — Esto de no saber es lo más terrible.

   Pronto lo sabremos, tened la seguridad  — dijo Cordelia con impaciencia — . ¡Esta oscuridad es insufrible! ¿Habéis visto que ninguna de esas casas tiene ventanas? ¿Estos valientes vikingos tendrán miedo de la luz?

  Estamos muy al norte, Della —  replicó Linnet — . Supongo que acá hace más frío, que en todos los inviernos que habéis conocido. Las ventanas, no importa lo bien tapadas que estuviesen, dejarían entrar el frío.

  Vos tenéis una respuesta para todo —  siseó Cordelia con sarcasmo — . ¿Cuál será nuestro destino, Linnet? ¿Qué será de nosotras?

Linnet suspiró de cansancio. Estaba en el centro de la habitación junto a _______, pero no podía ver nada en las negras tinieblas. No podía decir lo que temía: que ahora, todas eran nada mas que esclavas. No había razón alguna para asustar aún más a las jóvenes muchachas, porque sus sospechas todavía no estaban confirmadas.

— Como vos dijisteis, Della, lo sabremos muy pronto —  respondió por fin Linnet.

________ guardó silencio, incapaz de ofrecer tranquilidad. Ella también adivinaba cuál seria el destino de todas, pero su mente retrocedía ante esa posibilidad.

Su frustración por su incapacidad de protegerlas cuando más la necesitaban la hacían tener la boca cerrada en una fina línea ¿Qué podía hacer sin un arma y con las muñecas atadas? Habían sido violadas y maltratadas, pero ella no había podido impedirlo.

El hecho de que no la hubiesen violado no le servía de mucho consuelo. Sólo podía suponer que la reservaban para el casamiento convenido. Eso no sucederá jamás, porque prefería morir a ser novia de un vikingo. Sólo deseaba vengarse y de alguna manera lo lograría.

El navío fue descargado, el botín encerado en la casa del tesoro y el ganado llevado al campo. En la casa principal estaban preparando un festín. Un gran jabalí giraba en un asador en el centro de la habitación. Las esclavas, se afanaban en el área de cocinar preparando panes achatados y fuentes de pescado.

Los hombres, reunidos alrededor de largas mesas en la estancia principal, no perdían tiempo y hundían sus jarras en un gran recipiente de hidromiel. Algunos se desafiaban a quién bebía más; otros apostaban a los bebedores. El gran sillón en forma de trono de la cabecera de la mesa estaba vacío, pero la presencia de Anselmo  todavía no era echada de menos.

En la casa de baños hervían calderos de agua sobre un fuego. El humo y el vapor se combinaban para irritar los ojos. Una tina gigante, lo bastante grande para acoger a cuatro o mas sin dificultad, estaba en el centro de la habitación.

Con una copa de hidromiel en la mano, Anselmo  descansaba en la tina, con el agua hasta la cintura. Una bonita muchacha esclava se inclinaba sobre un costado y le frotaba la espalda. Su hijo primogénito, Hugh, estaba sentado en un banco contra la pared.

— ¿Seguro que no queréis acompañarme? —  preguntó Anselmo  de mal humor, y en seguida continuó — : Maldito fastidio, este baño ritual que me impone tu madre. En cualquier otro momento no me importaría, pero ella sabe que estoy ansioso por unirme al festín y lo mismo me obliga a venir primero aquí.

  No estáis solo, padre —  repuso Hugh con una sonrisa — . Nos hace lo mismo a mí y a Tom cuando regresamos de nuestras incursiones. Ella debe suponer que la sangre de nuestros enemigos sigue adherida a nuestra piel y que debe ser limpiada enseguida.

  Cualquiera que sea la razón —  gruñó Anselmo  — Loki se ríe de mi disgusto. No sé por qué me someto a esto.

Hugh rió abiertamente y sus penetrantes ojos azules brillaron con vivacidad.

  Habéis dicho más de una vez que vuestra esposa gobierna el hogar y vos gobernáis el mar.

  Muy cierto, excepto que esa mujer se aprovecha del poder que le he dado. Pero basta ¿Tom ha regresado?

  No.

Anselmo  se puso ceñudo. La última vez que su segundo hijo no había regresado para el invierno lo tomaron prisionero los cristianos. Pero entonces él estaba haciendo incursiones de pillaje. La primavera anterior a la última Tom había zarpado para probar suerte en el comercio, así que Anselmo  todavía no se afligiría, por lo menos hasta que volviera el frío.

— ¿Y mi bastardo, Fairfax, dónde está?

  Pescando ballenas, frente a la costa —  respondió secamente Hugh

— ¿Cuándo partió?

  Hace una semana.

  De modo que regresará pronto.

Hugh se puso de pie. Era un hombre de treinta años, de contextura robusta, viva imagen de su padre. Detestaba a su medio hermano y le molestaba cualquier atención que su padre le dedicara.

— ¿Por qué te preocupas por él? Es verdad que su madre es una mujer libre, pero él es lo mismo un bastardo, nada diferente de los que engendraste con las esclavas.

Anselmo  entornó sus ojos azules.

  Las otras son mujeres. Tengo solamente dos hijos legítimos y a Fairfax. No me reproches mi preocupación por él.

  ¡ Loky se lo lleve! No es vikingo. ¡Es un flojo!

  Mi sangre, aunque en poca cantidad, está en sus venas. No volveré a hablar de ello. Ahora, decidme qué sucedió durante mi ausencia. ¿Hubo problemas con el clan Borgsen?

Hugh encogió sus anchos hombros y volvió a sentarse.

  Dos vacas fueron halladas muertas cerca de los campos, pero no hubo pruebas que acusaran a los Borgsen. Pudo ser obra de un esclavo descontento.

— ¿Pero vos lo dudáis, hijo?

  Sí. Lo más probable es que hayan sido Gervais o Cedric, o uno de sus primos. ¡Nos están pidiendo, no, rogando represalias! ¿Cuándo nos daréis licencia para atacar?

  Esta diferencia se zanjará limpiamente —  replicó Anselmo con fastidio — Nosotros fuimos los últimos que atacamos abiertamente.

— ¿De modo que ahora les toca a ellos? —  dijo Hugh con voz cargada de sarcasmo — . i Thor! Que vos y Latham Borgsen hayáis sido una vez amigos no es razón para conducir esta batalla con honor. Han pasado años sin derramamiento de sangre.

  Estáis demasiado acostumbrado a combatir a nuestros enemigos extranjeros, Hugh. Nunca habéis luchado con los nuestros. Se hará con honor. Latham no puede ser culpado de lo que pasó, pero tiene que responder por sus hijos y ponerse de su parte.

— ¿Olvidáis que perdisteis vuestra única hija legítima a causa de sus hijos? —  dijo Hugh.

  No lo olvido. Odín es mi testigo, un día los otros pagarán como pagó Edgar. Pero no habrá ataques sigilosos, nada de juego sucio. Se hará con honor —  Anselmo  se levantó de la tina y fue rápidamente envuelto en una bata de lana por la hermosa esclava — ¿Supongo que también aparecieron muertas dos vacas de ellos?

Hugh sonrió y pareció relajarse.

  Sí —  dijo.

  Bien —  repuso Anselmo  — . De modo que otra vez les toca a ellos. Y ahora que Heloise no puede criticarme por nada, me vestiré y me reuniré con vosotros en el festín.

  Me dijeron que regresasteis con cautivas.

  Así es. Siete en total.

  Siento curiosidad — continuó Hugh — . Dicen que también venía un hombre pequeño con pelo negro muy largo. Ya tenéis suficientes esclavos varones. ¿Por qué trajisteis a ése?

Anselmo  rió por lo bajo y los ángulos de sus ojos se arrugaron.

  Ese de quien habláis es una mujer. En realidad, es la que ellos querían casar con vuestro hermano.

— ¿Eh? ¿Lady ________? Estoy ansioso por verla.

  Ella tiene un coraje que nunca había visto en una mujer. Luchó con nosotros espada en mano y hasta hirió a Thorne. Fue un espectáculo magnífico de contemplar.

  Yo la quiero.

— ¿Qué?

  Dije que la quiero —  repitió Hugh — Tom detesta a las mujeres y vos tenéis a Heloise. Mi esposa es tímida, lo mismo mis esclavas. Quiero una mujer con espíritu.

  Ni siquiera la habéis visto aún —  señaló Ansehn con los labios ligeramente vueltas hacia arriba —  Esta pequeña beldad tiene mas espíritu del que podríais desear. Es malignamente hostil, llena de amargo odio.

  Su espíritu puede ser doblegado —  dijo Hugh, con los ojos brillantes de anticipación — La quiero yo mismo.

  No es necesario que su espíritu sea doblegado —  dijo Anselmo  con dureza — . Mi deseo es dársela a Tom Ella es lo que él necesita para terminar con su odio a las mujeres —no añadió que ________ todavía era virgen, porque entonces Hugh seguramente la querría y como primogénito tenía derecho a exigirla — . Hay una mujer de pelo rojizo y con espíritu que puede ser mas de vuestro agrado. Tiene mejores curvas, como os gustan a vos y es más complaciente.

— ¿Y si escojo a lady _________?

  Me agradaría que no lo hicierais, Hugh —  le advirtió Anselmo .

  Veremos —  repaso Hugh, sin comprometerse cuando salían de la casa de baños.

_______________________________________________________________________________

La puerta se abrió con violencia. El polvo se arremolinó y quedó flotando suavemente en el rayo de luz solar, que cayó sobre el piso de tierra de la pequeña casa.

Cuando las prisioneras fueron sacadas al patio, todas se protegieron los ojos del sol deslumbrador. Las escoltaron hasta la casa principal; las empujaron por la puerta abierta que dejaba escapar el humo de los fuegos y las dejaron paradas en el centro de la estancia atestada.

Linnet reconoció a los hombres sentados ante dos largas mesas y en bancos contra la pared. Eran del barco, Muchos estaban reunidos en el extremo de una mesa donde se desarrollaba un juego. Un hombre grande, a quien no había visto antes, examinaba un hermoso caballo gris que había sido traído a la habitación con las mujeres. Linnet ahogó una exclamación cuando vio que era Willow, la yegua de ________. Si ________ viera eso, Linnet no se atrevía a pensar en lo que su, sobrina sería capaz de hacer.

Afortunadamente, no Io vio. La joven miraba con disimulado odio a Anselmo el Ansioso y ni siquiera miró las caballos cuando fueran sacados de la habitación.

Anselmo ocupaba la cabecera de una mesa. Era servido por jóvenes muchachas vestidas de lana rústica sin reñir, esclavas, sin duda. A su lado había una mujer no mucho mayor que Linnet, lujosamente vestida de seda amarilla. Junto a ella estaba otra mujer, joven y rolliza, con el mismo pelo rubio que tenía la mayoría de la gente de aquí.

El hombre alto que examinó a Willow vino donde estaban las prisioneras.

Empujó a Linnet a un lado y se detuvo frente a _________. Le levantó el rostro para examinarlo, como hiciera momentos antes con la yegua, pero ella lo golpeó en la mano con sus muñecas atadas y con ojos llenos de furia lo desafió a que volviera a tocarla.

_________ olió la masculinidad de él, el olor a sudor y a caballos. Se parecía tanto a Anselmo  el Ansioso que si ella hubiera tenido un cuchillo le habría cortado alegremente la garganta, y al demonio con las consecuencias. Miró con codicia la daga que colgaba del ancho cinturón del hombre, pero la risa profunda de él la hizo levantar nuevamente la vista.

— ¡Por Thor, si que es bella!

  Tal como dije, Hugh —  replicó Anselmo  desde su lugar en la mesa

Hugh se sonrió y se movió de izquierda a derecha para mirarla desde ángulos diferentes. Los ojos de _________ no reflejaban ningún temor pese a que sabía que estaba indefensa con las muñecas atadas adelante, a menos que pudiera aferrar un cuchillo con ambas manos. Tan absorta estaba en este pensamiento que no notó que Hugh se le acercaba aún más.

Susurrándole al oído, de modo que nadie que entendiera su lengua pudiese oirlo, él dijo:

  Arrancaré esa expresión sanguinaria de vuestros ojos, milady, Quebrantaré ese espíritu que tanto admira mi padre.

El no pudo saber que ella entendió cada una de sus palabra.

_________ sintió mas irá, que deprecio por esta fanfarronería hasta que un brazo la atrajo y él aplastó sus labios hambrientos contra los de ella Con una mano le cubrió los pechos y los retorció cruelmente, mientas la ahogaba con su fuerza. Los brazos de ella de nada le servían, atrapados entre su cuerpo y el de él, pero sus dientes se cerraron sobre la lengua que violaba su boca. El se apartó justo a tiempo y le dio un empujón, de modo que ella cayó entre las otras mujeres.

  ¡Hija de Hell —  gritó Hugh y se adelantó para golpearla, pero fue detenido por Anselmo , quien gritó su nombre, Hugh bajó el brazo y se volvió a su padre con aire acusador —  ¡Ella quiso derramar mí sangre sin importarle que por eso habría muerto!

  Os advertí que está llena de odio —  replicó Anselmo . —  Un odio por el que sería capaz de morir

— ¡Bah! Está loca, creo. Dadla a mi hermano Tom, entonces, como es vuestro deseo. El odia a las mujeres y gozará maltratando á ésta. Dejadlo que use este cuerpo para descargar su odio y veremos si no se matan entre ellos. Yo tomaré la hembra de pelo de fuego.

  Basta de charla, Hugh — dijo la mujer vestida de seda amarilla en tono de reproche — . ¿Olvidáis que vuestra madre y vuestra esposa están presentes?

  Perdonadme, señora —  replicó Hugh sin amedrantarse — Lo olvidé, ciertamente. He terminado aquí. Ahora podéis hacer como quiere mi padre e interrogar a las cautivas.

  No estaba enterada de que necesitaba el permiso de mi hijo para hacerlo —  replicó la mujer en tono frío y autoritario.

Fuertes risotadas de los que escuchaban el diálogo irritaron a Hugh. Una mirada de advertencia de su padre lo contuvo. Hugh abrió los brazos.

  Perdonadme otra vez, señora. Sé que no debo entablar duelos verbales con vos.

________ hervía por dentro. Había oído con claridad lo que Hugh había dicho sobre ella, tal como lo habían oído todos los que lo entendían. ¿ Darla a Tom? ¿ Dejarlo que la maltratase con su odio a las mujeres? Bueno, muy pronto se enteraría de que ella no toleraba los malos tratos. El hombre con quien creyó que se casaría moriría si osaba tocarla, ¡Dios, cómo los odiaba a todos ellos!

Linnet se mantenía alerta, aprensiva. Se esforzó para no interferir cuando el vikingo empujó a _________, en la esperanza de que ese rudo tratamiento sacara por fin a la joven de su rencoroso silencio. Pero no fue así. Deseaba fervientemente poder entender lo que decían, y lamentó no haber acompañado a su sobrina durante las lecciones de Wyndham. Ah, qué poco del futuro adivinaba entonces. ¿Cómo podría comunicarse con sus raptores y hasta descubrir su verdadera situación, a menos que __________ quisiera hablar con ellos? Sólo ella conocía su idioma.

La ansiedad de Linnet fue aliviada momentos más tarde, cuando la dama vikinga vestida de seda amarilla dejó la mesa y vino a pararse frente a ellas. Era una mujer menuda, graciosa, con pelo castaño y ojos almendrados de color castaño oscuro.

  Soy Heloise Kaulitz. Mi marido es Anselmo  el Ansioso, jefe de nuestro clan y el hombre que os trajo aquí. Linnet, rápidamente se presentó y presentó a las demás. Después preguntó:

— ¿Cómo es que habláis nuestra lengua?

  Como vos, fui traída a estas tierras hace muchos años, aunque en mejores circunstancias. Fui prometida a Anselmo  y nos casamos. Soy cristiana como supongo lo sois vosotras.

— ¡Sí, por supuesto! — Heloise sonrió.

  Pero también venero a los dioses de mi esposo, para complacerlo a él. Os ayudaré en todo lo que pueda, pero comprended que mi lealtad está aquí.

Linnet se hizo fuerte para formular la pregunta que dominaba las mentes de todas.

— ¿Qué será de nosotras?

  Por el momento, sois prisioneras de mi marido. A él le corresponde decidir qué se hará con vosotras.

— ¿Entonces somos esclavas?—  preguntó Cordelia en tono altanero, aunque tenía pocos motivos para mostrarse arrogante. Heloise enarcó una ceja en dirección a Cordelia

  Perdéis vuestros derechos cuando sois capturadas. . Me sorprende que tengais necesidad de hacer esa pregunta. ¿Creísteis que seríais traídas aquí y dejadas en libertad, y que se os darían casas y propiedades? No, vosotras sois la propiedad. Perteneceréis a mi marido, o a cualquiera a quien él decida daros. No me gusta mucho el término esclava. Prefiero «sirvienta», no diferente de las que debéis de tener en vuestra tierra.

— ¡Nuestros sirvientes eran libres! —  dijo Cordelia.

— Podéis llamarlos libres, pero, en realidad, no lo eran. Y vos, mi muchacha, será mejor que aprendáis rápidamente vuestro lugar, o nada bueno te ocurrirá.

  Ella tiene razón, Cordelia —  dijo Linnet quedamente— . Por una vez, sujeta tu lengua.

Cordelia se volvió, malhumorada, y la ignoró. Heloise rió por lo bajo.

  Creo que vos y yo podemos hacernos amigas, Linnet.

  Eso me agradaría —  respondió Linnet con sinceridad. En este momento necesitaba una amiga más que cualquier otra cosa.

— Es lamentable que estéis aquí — continuó Heloise sin vacilar — . Pero espero que os adaptéis rápidamente. Yo no apruebo las incursiones de pillaje de mi esposo y su regreso con prisioneros, pero poco tengo que decir sobre esa parte de su vida. Comprendo que vos y vuestra familia fuisteis engañados para que creyerais que habría una alianza y lamento mucho eso.

— ¡Vuestra esposo dio su palabra! — interrumpió Cordelia otra vez —  ¿Un vikingo no tiene honor?

¡Dolía!

  No la culpo por sentirse defraudada. Sí, mi marido tiene honor, pero no para aquellos a quienes considera enemigos. El dio falsamente su palabra a vuestro intermediario, el hombre que enviasteis aquí. Sabed que mi hijo menor, Tom, fue tomado prisionero por vuestro pueblo y tratado con crueldad. Desde entonces, mi esposo odia a los celtas. El no tenía intención de cumplir su palabra cuando la dio. Nunca permitiría que nuestro hijo se casara con una celta.

— ¿Ese hombre es Tom? —  preguntó Linnet con curiosidad, y señaló al vikingo alto —  ¿El que miró de cerca a mi sobrina?

  No, ése es mi hijo mayor, Hugh. Tom no está aquí, aunque si estuviera no sería diferente. No puede haber casamiento, comprendedlo.

  Sí.

  Tom nada sabe de esto. El zarpó en la primavera, antes que enviarais aquí a vuestro hombre. Siento sinceramente lo que ha ocurrido, especialmente el engaño. Si pudiera cambiar vuestra suerte, lo haría.

— ¿Permitiríais que ellos oyeran esas palabras? — Heloise rió.

  Ellos no pueden entendernos. Yo no enseñé mi lengua a mi esposo; aprendí la suya. Mi marido sabe lo que siento hacia los cautivos, sabe que no lo apruebo. Como podéis ver por las sirvientas que tenemos aquí, todas las cuales fueron capturadas en una u otra ocasión, yo no puedo detenerlo. Esta es nada más que otra parte de la vida vikinga.

— ¿Qué será de mi sobrina ?—  preguntó Linnet con honda preocupación.

  Será obligada a servir, como el resto de vosotras —  respondió Heloise y se volvió a ________— . ¿Entendéis, criatura?

_________ nada dijo y Linnet suspiró.

  Es empecinada y rencorosa —  dijo—. No aceptará lo sucedido.

— Tendrá que aceptarlo — dijo gravemente Heloise —. Yo no os mentiré Si ella creara dificultades, sería vendida inmediatamente en uno de los mercados lejos de aquí, o sería muerta.

  ¡No! — exclamó Linnet.

_________ demostró su desprecio raudo a Heloise con hostilidad antes de volverse y caminar muy erguida hasta quedar detrás del grupo

  No os aflijáis todavía —  dijo Heloise — . A la muchachita se Ie dará tiempo para adaptarse. Mi esposo admiró su coraje; él no desea que ellas sufran daño alguno

Linnet miró con preocupación en la dirección de ________

  Temo que ella misma se cause daño —  dijo.

— ¿Que se quite la vida?

  No, que busque vengarse, Nunca he visto un odio semejante. Ha permanecido silenciosa desde que nos tomaron prisioneras. Ni siquiera me habla a mí.

  Su rencor es comprensible, pero no será tolerado mucho tiempo.

  Vos no sabéis por qué ella está más llena de odio que el resto de nosotras — dijo Linnet rápidamente — Su padre murió el día antes del ataque y ella todavía tiene que recobrarse de eso. Nunca estuvo de acuerdo con el casamiento con vuestro hijo, pero su padre había dado su palabra y ella estaba decidida a hacer honor a la misma. De modo que estaba dispuesta a recibir a su prometido, no a vuestro esposo, quien nos atacó sin advertencia. _________ vio demasiadas muertes ese día. Su cuñado, sus sirvientes, murieron frente a ella. Oyó los gritos de Cordelia y los míos cuando... cuando...

  Entiendo. Continuad.

  Y entonces _________ fue vencida Para comprender lo que eso fue para ella, debéis saber que nunca había sido vencida antes. Era la hija de su padre, criada sin su madre, quien murió al traerla al mundo. El no sabía nada de criar hijas y le enseñó todo lo que le hubiera enseñado a un hijo varón. Ese día, cuando fue derrotada, supongo que sintió como si le fallara a su padre. Y después, su sirvienta personal, una mujer que era como una madre para ella, fue brutalmente asesinada. Entonces _________ gritó y lloró histéricamente por primera vez en su vida. Ahora debe de sentir vergüenza, no por eso, sino por haber sido incapaz de ayudar y socorrer a su gente. Desde entonces se mantiene callada y taciturna.

  Es una lástima —  admitió Heloise, con sus ojos oscuros pensativos — Pero es una joven inteligente, ¿verdad? Comprenderá que no tiene otra alternativa que aceptar lo que le ha sucedido.

— ¿Por qué iba a aceptar? —  preguntó Cordelia, después de escuchar en silencio todo el tiempo que pudo — . ¿Qué hay aquí para ella, o para cualquiera de nosotras? ¿Pero ________? ja! No sabéis lo que es el orgullo si no la conocéis. Miradla ahora. No quiere dirigiros la palabra y mucho menos querrá serviros. ¡Primero tendréis que matarla!

Heloise sonrió y miró a Cordelia con ojos duros.

  Si ella quiere servir o no, no es asunto mío. Ella ha sido dada a Tom e irá a la casa de él. Vos, por vuestra parte, caéis bajo mi dominio, puesto que Hugh os ha escogido, y él y su esposa viven aquí en mi casa. Hugh es vuestro dueño, pero yo gobierno esta casa y vos seréis responsable ante mí.

Cordelia se puso de color ceniza, pero no dijo nada. No le gustaba quedar bajo las órdenes de esta mujer, pero había visto la mirada que el poderoso Hugh le dirigiera. Quizá no todo estaba perdido.

— ¿Se me permitirá acompañar a _________? —  preguntó Linnet con ansiedad.

  No. Mi marido desea guardaros para él. Vos también os quedaréis aquí.

Linnet se ruborizó intensamente.

  Yo... yo... —  no pudo terminar.

  No os aflijáis, Linnet. No soy mujer celosa. Aquí es común que nuestros hombres quieran solazarse con sus esclavas. Creo que no somos los únicos, que es igual en todo el mundo. Algunas mujeres no quieren tolerar en sus casas a las concubinas de sus maridos, pero yo no soy de ésas. De modo que quedaos tranquila. Aún sigo sosteniendo que seremos amigas.

— Gracias.

— En cuanto al resto de vosotras —  dijo Heloise, otra vez con voz llena de autoridad — permaneceréis en mi casa por un tiempo, no muy largo. Cuando mi marido decida, seréis dadas a amigos de él, a aquellos que lo han servido fielmente. De hecho creo que vuestra suerte será como seguramente imagináis. Con el tiempo, todas os acostumbraréis.
 
 
CHICAS.... aqui tienen un nuevo capi.. que espero les guste.. por lo menos ahora conocieron al hermano de Tom =)... pero Mañana.. chan..chan...chan... mañana Tom se encontrara con TN.. o sera el jueves... voy a pensarlo jajajajaa
 
Y gracias... ustedes me hacen sentir muchooo mejor... aunque ahora me encuentro sin dolor =)
 
Cuidence chicas....
Las Quiero
BYE =D