"CAPITULO 23"
Aunque
era medianoche. _________ seguía completamente despierta. Se dio vuelta y se
metió más profundamente debajo de las pieles. Había un hogar pequeño en la
habitación, pero no se había molestado en encenderlo. Ahora deseaba haberlo
hecho. Era curioso, pero no recordaba haber sentido frío en su hogar. Sin
embargo, también allí había conocido crudos inviernos.
El
hogar... tan lejano. Nadie quedaba allí para formar un hogar para ella. Echaba
de menos terriblemente a su padre. Si él estuviese vivo, removería cielo y
tierra para encontrarla. Un pensamiento reconfortante, pero no realista.
Echaba
de menos a Linnet, también, que estaba tan cerca, pero inalcanzable. Y Dios
santo, hasta echaba de menos a su hermanastra.
Si
estos pensamientos de autocompasión no cesan pronto, me echaré a llorar, se
reprochó _________. Un momento más tarde oyó crujir la escalera bajo un gran
peso y Tom gritó su nombre desde el pasillo.
—
¡__________!
—
Por todos los santos, vikingo, ¿queréis despertar a toda la casa? — dijo
________ para sí misma mientras iba a abrir la puerta. Lo llamó en un suave
susurro— Aquí estoy. Sin duda, habéis despertado a vuestra madre con vuestros
gritos — añadió y fue a pararse frente a
él— . ¿No pensasteis en eso?
—
Esa buena mujer está acostumbrada a que la despierten durante un festín — respondió Tom en voz tan alta que __________
hizo una mueca.
—
Por su marido sí, pero no por un hijo borracho — le reprochó ella quedamente—
¿Qué queréis ahora?
—
No estoy borracho, mujer — dijo él con voz serena y sus hoyuelos se acentuaron
cuando sonrió— . Para responder a vuestra pregunta, os quiero a vos — añadió.
Soltó una carcajada, la aferró de la cintura, la levantó del suelo y se la
llevó a su habitación. Una vez allí, la soltó. Ella retrocedió hacia el diván
mientras él cerraba la puerta. Cuando se volvió, él la miró sonriendo, pero no
se le acercó.
—
¿Queréis beber un poco de vino conmigo? — preguntó con amabilidad.
_________
vaciló, intrigada por la actitud de él. Era la primera vez que le ofrecía vino.
Recordó que una vez le había dicho que a los esclavos no se les permitía beber.
—
Si, beberé con vos.
Se
acurrucó contra el brazo del diván mientras él llenaba dos cálices con un
pellejo de vino. Una sola vela ardía en la habitación y daba una luz débil y
vacilante, pero ________ podía ver a Tom con claridad. No parecía bebido como
sospechó al principio. Había cambiado las ropas que llevaba más temprano por
unos pantalones de color verde oscuro con botas de cuero blando orladas de piel
blanca. Su túnica corta era de seda blanca con adornos de hilo verde en el
ruedo y en las mangas largas. En su pecho colgaba un medallón de oro con una
única esmeralda en el centro, en vez del medallón de plata grabada que usaba
habitualmente. Estaba terriblemente guapo esta noche y a ________ le costó
apartar los ojos.
Tom
le trajo un cáliz. Ella tomó sólo un pequeño sorbo del líquido agridulce,
saboreó el aroma y dejó el vaso en su regazo mientras él iba a encender un
fuego en el hogar. Había olvidado el frío que hacía, había olvidado todo
excepto la presencia de Tom.
El
fuego quedó encendido y añadió más luz a la habitación. Tom tomó su cáliz y se
unió a ________ en el diván. Se apoyó en la pared, levantó una pierna en la que
apoyó su brazo y bebió un largo sorbo de vino.
________
estaba tan nerviosa esperando que Tom hiciera algún movimiento que le hubieran
temblado las manos si no estuviera sosteniendo con tanta fuerza el cáliz sobre
su regazo.
—
¿El vino no es de vuestro agrado?
Ella
se sobresaltó cuando él habló y lo miró con expresión culpable.
—
No... quiero decir, es excelente.
El
le sonrió con aire de conocedor.
—
Si tenéis pensado demorarme con la excusa de que no habéis terminado vuestro
vino, no dará resultado. Sin embargo, no tengo prisa, mujer, así que relajaos y
bebed vuestro vino. Podréis tomar más cuando hayáis terminado.
_________
siguió el consejo y bebió el líquido embriagador, esperando que le calmara los
nervios. Pero no pudo relajarse, aunque el vino le entibió la sangre.
Por
fin se recostó hacia atrás y empezó a sentir los efectos de la bebida.
—
Si vos murierais, Tom, ¿qué sería de mí? — El la miró divertido.
—
¿Estáis planeando un juego sucio?
—
No, lucharé limpiamente. ¿Pero si no regresarais de uno de vuestros viajes de
caza?
Tom
suspiró y miró con aire pensativo el cáliz que tenía en la mano.
—
Como no tengo bastardos ni esposa, todo lo que poseo pasará a ser propiedad de
mi padre. Eso debería complaceros, __________ — añadió con amargura.
________
entendió lo que quiso decir, pero no podía dejar que se diera cuenta.
—
¿Por qué eso tendría que complacerme? Odio a vuestro padre más que a vos.
—
¿Seguiríais odiándolo si él os diera la libertad? Ese es su deseo — dijo Tom,
fastidiado— . El ahora lamenta haberos dado a mí.
________
terminó su vino y miró a Tom con expresión seria.
—
Entonces, devolvedme o vendedme a él.
Tom
tomó un rizo de los cabellos que caían sobre el hombro de ella y lo enroscó
lentamente en su dedo.
—
¿Y qué haríais vos por mí, __________, si yo accediese?
Ella
lo miró sorprendida. ¿Qué precio tenía la libertad?
—
Cualquier cosa — dijo.
—
¿Me haríais el amor? — Ella no vaciló.
—
Sí. Hasta eso haría.
Tom
dejó su vino, la alzó sobre su regazo y le sostuvo la espalda con el brazo. Le
sonrió y sepultó su cabeza en el hueco del cuello de ella. Sus labios fueron
como una marca de fuego y ________ gimió suavemente hasta que él la besó en la
boca en una forma que exigía más que una mera respuesta.
_________
dejó caer al suelo el cáliz vacío, tomó la cabeza de Tom y lo estrechó contra
ella. Sintióse perdidamente atraída por él. No supo si era por la libertad o
por ella misma y no le importó. Lo deseaba a él.
__________
protestó cuando Tom se movió y se puso de pie, pero sonrió cuando vio que
empezaba a quitarse la ropa. Se estiró lánguidamente, satisfecha, antes de
levantarse para hacer lo mismo. Cuando se puso de pie, se tambaleó mareada y
rió.
—
Demasiado de vuestro precioso vino, creo.
Tom
no dijo nada, pero le sonrió y la ayudó a desnudarse, después la levantó en
brazos y la llevó a la cama. Allí la depositó con suavidad y se tendió a su
lado. En seguida, ella sintió las manos de él, sorprendentemente suaves, pese a
ser tan fuertes, que la acariciaban íntimamente con dedos que le hacían cosas
extrañas y maravillosas.
—
Podéis ser tan dulce como la miel cuando lo deseáis — dijo Tom con voz ronca,
besándola en la boca con labios ardientes.
—
Como vos — murmuró ella y le pasó los dedos por el pelo ondulado.
—
Mi verdad celta — murmuró él pasándole una mano sobre el vientre.
Empezó
a acariciarle los pechos con los labios. Las sensaciones que la atravesaron la
hicieron sentirse débil, pero lo mismo trató de resistirse, aunque sin muchas
energías. Cuando ella levantó las rodillas él se las sostuvo con una pierna.
Cuando
sus uñas se clavaron en los hombros de él, Tom soportó el dolor y en vez de
sujetarle las manos, las besó con un beso apasionado y salvaje que pareció
privarla de los últimos restos de voluntad y borrar de su mente todo lo demás.
Lo
único que importaba era Tom, su beso, sus manos que la acariciaban con
ansiedad, su cuerpo apretado contra ella, ahora encima de ella, su miembro
caliente y palpitante buscando la entrada, encontrándola por fin, y después ese
primer exquisito impulso que llevó a ________ al éxtasis.
Una
y otra vez ella pronunció su nombre mientras él se movía en su interior y la
estrechaba como si quisiera soldar su cuerpo para siempre con el de ella. _________
lo besó en el cuello, en las mejillas, en los labios, con salvaje abandono.
Después todas sus sensaciones se acumularon en su parte inferior, cerrándose
alrededor del sexo hinchado de él con el profundo impulso final.
Un
momento más tarde, _________ sintió un delicioso palpitar en su interior.
Habiendo alcanzado las cimas del placer, ________ sucumbió inmediatamente a los
efectos del vino y del amor. Se durmió y ni siquiera se movió cuando Tom se
apartó de ella para buscar algo con qué taparse. Después, él se acostó a su
lado, boca abajo, se incorporó apoyándose en los codos y la contempló largo
rato con una expresión desusadamente tierna. Por fin pasó sobre ella un brazo
posesivo y se quedó dormido.
CHICAS.. hasta ahora este ha sido el capi mas lindo xd... por lo menos al final no terminaron peliando.. espero les guste mucho...
Gracias por sus comentarios...
Cuidence
Las Quiero
BYE =D
Y sorry si es corto.. pero no tengo mucho tiempo.. mañana se los recompenso xd
Awwwww ame el capituloo!! Likazooo *.*
ResponderEliminarEsta vez hicieron el amor.. Ojala q despues de esto no peleen..
Lo bueno es q subes aunq sea corto xD
ok mañaba la recompensaa :D
bye cuidateee
holaaaa!! buenisma siii!! ya no se peliaron -.- desesperan xD hahhaa siguela esta muy hermoso el capitulo cuidate amiga chau xD
ResponderEliminarestuvo hermoso el capitulo, definitivamente el mas tierno hasta hasta ahora! :3
ResponderEliminarHola! Me paso por aquí para decirte que hace poco empecé a subir un fic de Tokio Hotel, por si quieres pasar, leer y decirme qué te parece^^
ResponderEliminarUn beso!