"CAPITULO 31"
El
sueño llegó inesperadamente y duró la mayor parte de la tarde. De pronto, un
sonido fuera de su puerta la despertó. Inmediatamente se metió debajo de los
cobertores, fastidiada de que la encontrasen en esta situación. Un segundo después,
antes que ella hubiera podido ocultar por completo su desnudez, la puerta se
abrió con violencia y Tom entró en la habitación, con el rostro hecho una
máscara de furia.
—
¡No os di permiso para regresar aquí, mujer!
—
Ya lo sé.
—
¡Sin embargo, hicisteis lo que quisisteis! — gritó él antes de que sus ojos se
posaran en el vestido destrozado. Después se volvió hacia ella con renovada
cólera y la arrancó de la cama— . ¡Vine aquí para llevaros de regreso conmigo,
pero veo que lo habéis echo imposible!
________
enrojeció intensamente. El no la soltó.
—
¿No puede haber en la casa de vuestro padre una invitada vestida de tosca lana,
vikingo? — dijo ella con voz cargada de sarcasmo para ocultar su humillación.
—
No, eso no puede ser — repuso él fríamente— . ¡Y puesto que preferís las ropas
de esclava, eso será lo que tendréis, mujer, porque no recibiréis más presentes
de mí!
—
¡Yo nada os pedí!
El
hizo ademán de golpearla pero cambió de idea y la apartó de un empellón. Ella
cayó contra la cama.
—
Permaneceréis en esta casa puesto que así lo preferís. Encontraré otra para
divertirme en la fiesta — Esas palabras la golpearon con más fuerza que un
golpe físico.
—
¿Creéis que eso me importa? — gritó, aunque su voz tembló por la mentira.
—
Poco me importa si os importa o no — replicó él, hiriéndola aún más— . Y en
adelante obedeceréis mis órdenes, mujer, porque estoy cansado de ser indulgente
con vos.
—
¿Qué haréis, vikingo? — preguntó ella con temeridad— . ¿Me quitaréis la vida
tan descuidadamente como tomasteis mi amor?
El
la miró un largo momento, sus ojos recorrieron las suaves curvas, se detuvieron
en el pecho agitado y descansaron en el rostro, donde contemplaron la orgullosa
belleza de ella, su desafío, su carácter indómito. ________ era como una
criatura salvaje, indomable, pero vulnerable.
—
No, no os quitaré la vida, ________ — dijo él con voz grave, impresionado por
el esplendor de la joven— Tomaré
nuevamente vuestro amor... ahora.
Antes
de que ella pudiera gritar, él se le arrojó encima al tiempo que se quitaba los
pantalones y desenvainaba su virilidad, que palpitaba de deseos de penetrarla. ________
quedó sacudida y llena de repugnancia por este ataque.
Demasiado
furiosa para pensar, se resistió salvajemente y lo arañó en los brazos desnudos
hasta que la sangre goteó sobre la cama. Pero él no se detuvo ni trató de
sujetarle las manos, siguió insistiendo hasta que su simiente de vida se vertió
dentro de ella y entonces se desplomó.
Cuando
se levantó de la cama y se abrochó los pantalones, ________ tembló de
indignación por la forma brutal en que él la había tomado sin ninguna
consideración, sólo para satisfacer sus necesidades animales. Nunca se lo
perdonaría.
—
Recordad mi advertencia, ________ — dijo él cuando salía por la puerta— . No
abandonéis esta casa.
Aun
ahora afirmaba su poder sobre ella, le recordaba que ella le pertenecía, que
sólo podía hacer lo que él le permitiera. Tom despreciaba el amor de ella pero
quería controlarle la vida.
—
¿Me habéis oído, mujer? — Ella lo miró con ojos como carbones encendidos.
—
¡Que el demonio os lleve, vikingo! ¡Que nunca encontréis vuestro Valhalla sino
que os pudráis en el infierno con la hija de Loki!
Tom
pareció ponerse pálido.
—
Esas son palabras duras, _________, aunque las digáis encolerizada. Otro os
mataría por esa maldición.
—
¡Hacedlo! ¡Matadme! — gritó ella— . ¡Ya no me importa!
Tom
no respondió pero salió rápidamente de la habitación antes de que la cólera
volviera a adueñarse de él. Fue directamente al establo y por segunda vez no
advirtió la ausencia de Erin. Montó al pobre animal que esa mañana había
corrido como nunca, aunque Hugh lo mismo venció a Tom en la carrera. Esa
derrota había amargado considerablemente su humor, pero el último golpe fue
comprobar que ________ se había marchado. Tom salió del establo, furioso.
—
¡Maldita mujer! — gruñó contra el viento— . Primero gritaba que me odiaba con
todas sus fuerzas, después cambió y dijo que me amaba... ahora, otra vez me
odia. ¡Le doy todo lo que tengo para darle, pero no, eso no es suficiente para
ella! ¡Que Loki se la lleve! No voy a seguir soportando sus caprichos.
Tom
espoleó a su caballo sin piedad. Esta noche se ahogaría en hidromiel y
olvidaría a la arpía obstinada que quedaba en la casa.
________
encendió el fuego de la cocina y preparó una hogaza de pan achatado como tan a
menudo había visto hacer a Janie. Ahora se sentía mucho más serena.
Después
de que Tom se marchara, ella lloró un poco más hasta que comprendió que había
sido una tonta. Tom estaba dispuesto a compartir su vida con ella, a darle lo
que pudiera. Ella debía aceptar eso y estarle agradecida. Algún día él podría
cambiar y amar otra vez. Después de todo, ella había cambiado.
La
casa estaba silenciosa con sólo el crepitar ocasional del fuego para romper el
silencio. Perro estaba echado debajo de la mesa de modo que ________ no vio
cuando el animal irguió de pronto la cabeza. Sin embargo, oyó el ruido que
llegó desde el exterior y que alertó al mastín blanco.
¿Podría
ser que Tom ya hubiera regresado? En ese caso, debió echar de menos la compañía
de ella. ________ se sonrió al pensarlo y esperó que se abriera la puerta. Se
abrió, aunque muy lentamente. El aire helado se precipitó en la habitación e
hizo estremecer a ________, pero no tanto como el saber que ni Tom, ni ninguno
que ella conocía, hubieran entrado en la casa de manera tan sigilosa.
Un
hombre asomó con cuidado en la puerta entreabierta, un hombre alto, casi tanto
como Tom, con pelo castaño dorado y ojos de color azul claro. Estaba abrigado
con pieles de diferentes colores y en la mano sostenía una espada de un solo
filo.
________
contuvo el aliento. No conocía a este vikingo y por la expresión de sorpresa
que vio en su rostro, él tampoco la conocía a ella.
Perro
vino a su lado y con su grave gruñido le devolvió algo de coraje. La daga que Tom
le había confiado colgaba de su cadera y esto también disminuyó algo sus
recelos, aunque su arma era muy pequeña y de nada le habría servido contra un
espadón.
—
¿________?
Quedó
desconcertada. ¿El hombre la conocía, después de todo? Pero no, su tono era de
interrogación. Sólo debía de haber oído hablar de ella, y también debía de
conocer a Tom. Quizá no había nada que temer.
________
se mordió el labio, presa de indecisión, preguntándose si debía o no hablar la
lengua del vikingo. Perro seguía gruñendo amenazador. ¿Acaso presentía peligro?
—
La mujer está sola, Cedric.
________
ahogó una exclamación y se volvió para verse frente a frente con un desconocido
que había venido de otra parte de la casa. Antes de que pudiera estudiar la
situación, el joven llamado Cedric la aferró desde atrás. Ella gritó alarmada y
en ese momento Perro mostró los dientes y atacó la pierna del vikingo.
Cedric
gritó de dolor cuando Perro le hizo brotar sangre y levantó la espada para
cortar la cabeza del animal.
—
¡No! — gritó _________ y aferró el brazo del vikingo para detenerlo. Olvidó sus
propios temores y reunió todas sus fuerzas para impedir que la espada llegara a
su blanco. Pero no fue por sus esfuerzos que Perro se salvó, porque ella era
como un ratón contra un halcón mortal. El otro vikingo actuó rápidamente y con
un puntapié apartó a Perro de la espada que descendía.
—
Ella no mataría al perro — dijo en tono de advertencia— de modo que tampoco
podemos matarlo nosotros.
—
¡Ah! ¡Todo este embrollo es una empresa estúpida! — dijo Cedric y soltó a _________
a fin de atenderse su pierna
—
Tenemos a la muchacha, Arno. Eso es suficiente.
—
Haremos esto como la mujer quería que lo hiciésemos — replicó Arno— . Esta es
la única razón por la que accedí, porque nunca sospecharán de nosotros.
Cedric
gruñó y comentó, con sarcasmo:
—
La bolsa de oro no ayudó a convenceros, ¿verdad?
Arno
ignoró esas palabras y miró furioso a su amigo.
—
¿La venganza contra un perro vale la cólera de vuestro padre?
—
¿Cómo?
Arno
alzó las manos exasperado y al hacerlo, un rollo de cuerda que llevaba en un
hombro se deslizó.
—
¿Debo recordaron que vuestro padre detesta la beligerancia que iniciasteis vos
y vuestros hermanos? Esto pienso yo, y vos también sabéis que Latham no
aprobaría esta fechoría. Si nos descubriesen, la paz de estos últimos años
terminaría en un baño de sangre.
_________
permaneció silenciosa entre estos dos hombres que discutían. No entendía bien
por qué habían venido aquí, pero sabía que no era para nada bueno. Perro,
aunque viviera, estaba herido y no podría acudir otra vez en su ayuda... y Tom
estaba divirtiéndose en la fiesta. Sintió una punzada de resentimiento porque Tom
la había dejado sola para ir a divertirse.
Enseguida
se reprochó ese pensamiento. No había sido culpa de él sino de ella que ahora
tuviera que enfrentarse a sólo Dios sabía qué.
Antes
que Arno terminase sus últimas palabras, ________ se escabulló de entre ellos.
Con frenética prisa, porque esta era su única oportunidad según podía ver, se
volvió y empezó a correr. De pronto sus pies se enredaron en algo y ella cayó
hacia adelante raspándose las palmas de las manos contra el suelo duro.
Con
temor, comprendió su error mientras la obligaban a ponerse rudamente de pie.
Dirigió una mirada de odio a este vikingo que astutamente le había arrojado la
cuerda a los pies para detenerla. Sus ojos eran oscuros y violentos como una
tempestad cuando vio que él recogía la corta cuerda y se la ataba alrededor de
las muñecas.
El
no la miró ni una sola vez para ver la furia y el desprecio que ella sentía,
sino que se volvió a Cedric cuando hubo terminado de amarrarle las manos.
—
Tenemos el caballo y ahora la muchacha. Vámonos antes de que este plan fracase.
No
esperó respuesta del hombre más joven, tomó una capa vieja que colgaba junto a
la puerta y la arrojó sobre los hombros de _________. Después salió de la casa,
arrastrándola con tirones de la cuerda. Ella se sintió degradada e indefensa,
como un pobre animal atrapado. ¿Cómo se atrevían a tratarla en esta forma?
________
fue llevada a lo largo del costado de la casa. Pasaron la celda donde había
soportado una noche terrible y llegaron a la parte del frente. Estaba más
confundida que nunca, y la frustración y la cólera le impedían pensar con
claridad. Empezaron a descender el empinado sendero del acantilado que llevaba
al embarcadero. Allí ________ vio el barco de Tom, imponente y orgulloso,
flotando sobre las serenas aguas del fiordo como un dragón dormido. Al lado
había otro gran navío vikingo, igualmente impresionante.
________
fue llevada a este segundo barco y de inmediato empezaron a alejarse del
embarcadero, de todo posible rescate, de Tom. ________ luchó contra el pánico
que amenazaba dominarla. ¿Adónde la llevaban? Y más importante aún, ¿por qué
razón?
Observó
atentamente a los vikingos. La corriente impulsaba al navío pero los dos
hombres luchaban lo mismo con los remos. Si hubieran venido de la dirección que
ahora seguían, ¿cómo habrían hecho para luchar contra la corriente? ¿Por qué
traer un barco tan grande para robar una sola esclava cuando habría bastado con
un bote pequeño?
________
vio la razón cuando inspeccionó el barco vacío y comprobó que no estaba tan
vacío. En las sombras, detrás de ella, distinguió la silueta de un caballo.
Como no estaba atada a nada que restringiese sus movimientos, se acercó y
reconoció a Willow.
Esto
era aún más desconcertante. Tom tenía muchos buenos animales. Si estos vikingos
eran piratas, ladrones en su propia tierra, ¿por qué se llevaban solamente un
caballo y una esclava? ________ pensó en todas las conclusiones imaginables
acerca de su situación y todas fueron desalentadoras. Esperó ansiosamente que
los vikingos hablasen y le dieran más información, pero ellos guardaron
silencio, enfrascados en su tarea. Por lo menos no la llevaban mar afuera.
Ahora se acercaban a un embarcadero en el lado opuesto del fiordo.
Cuando
ella y Willow fueron sacados del barco, miró desalentada las aguas profundas
del fiordo. Aun si lograba escapar de estos hombres, ¿cómo podría regresar
junto a Tom? Nunca sería capaz de manejar sola este barco ni tampoco podría
intentar un regreso a nado hacia la salvación, porque no sabía nadar.
Dos
caballos estaban atados cerca del embarcadero. ________ fue obligada a montar
en el lomo desnudo de Willow y después que los hombres montaron sus propios
caballos, partieron en la dirección que habían venido, nuevamente hacia el mar.
Después de recorrer una corta distancia doblaron hacia el sur, alejándose más
del fiordo y de Tom.
Tom.
¿Qué haría cuando descubriese que ella había desaparecido? Al ver que también
faltaba Willow, ¿pensaría que había vuelto a escapar? La idea podía ocurrírsele
pero la desecharía. Ella le había dado su palabra de que no huiría, ¿pero se le
ocurriría cruzar el fiordo para buscarla? La noche parecía envuelta en una
mortaja. Ni una sola estrella parpadeaba desde los cielos. No era una noche
para viajar en la oscuridad pero los dos hombres que llevaban a ________ sabían
perfectamente adónde iban.
Pasó
menos de una hora y los caballos se detuvieron. _________ apenas alcanzó a
distinguir la silueta de una casa. Esforzó sus ojos para ver más pero no tuvo
tiempo porque la hicieron bajar de su yegua y la llevaron rápidamente al
interior de la morada.
La
casa estaba a oscuras y el olor acre de humo viciado flotaba pesadamente en el
aire. Los hombres encendieron un fuego y ________ vio a su alrededor una
habitación escasamente amueblada. Había un solo jergón en el suelo, una mesa
pequeña con dos bancos y junto al fuego unos pocos utensilios de cocina.
Numerosas pieles cubrían el suelo de tierra y las paredes, añadiendo algo de
lujo a la estancia. Al observar con más atención, notó unos pocos objetos
personales. Había un jarro de bronce sobre la mesa y cuatro platos de vidrio
hermosamente pintados en estantes en las paredes. Dos hachas con mangos de
ámbar estaban cruzadas sobre la puerta. En un rincón había un estante lleno de
vajilla de terracota, copas de estaño, vasos y tazones, todos grabados con
motivos paganos.
________
dirigió por fin su atención a los dos hombres. Arno estaba quitándose las
muchas pieles que lo envolvían mientras Cedric la observaba con mucho interés.
Sintió que se le helaba la sangre.
—
Quizá demore mi partida — dijo Cedric, con los ojos fijos en ________.
Arno
alzó la vista y frunció el entrecejo.
—
Vuestro placer puede esperar. Hemos discutido esto largamente mientras
esperábamos para asegurarnos de que estaba sola.
—
Lo sé — dijo Cedric, y comentó— Esa mujer. Adosinda, dijo que esta mujer era
una beldad, pero es mucho más bella de lo que yo esperaba.
—
Cedric.
—
¡Está bien! — respondió éste fastidiado— . Regresaré al festín de mi padre.
Pero mañana volveré. Y ella es mía primero, Arno. ¡Recordad eso!
Arno
meneó la cabeza.
—
Nada quiero de ella. Tengo malos presentimientos sobre lo que hemos hecho.
Cedric
rió.
—
No creo a mis oídos.
—
Decid lo que queráis. Ella pertenecía a otro hombre, ella no quería dejar la
casa de él y me temo que él no descansará hasta rescatarla.
—
¿Qué estáis diciendo?
—
Que habrá derramamiento de sangre a causa de esta fechoría. Lo presiento... sé
que será así.
—
Si tan bien sabéis lo que traerá el mañana, decidme entonces cómo hará él para
encontrarla — dijo Cedric con sarcasmo — Tengo un cobarde por amigo.
—
Porque somos amigos no tomaré en serio lo que dice vuestra lengua suelta.
Cedric
no mostró siquiera un asomo de remordimiento cuando fue hasta la puerta. Lanzó
una última mirada a ________ y ella se estremeció cuando captó el significado
de las intenciones de esos ojos helados.
—
Cuidad bien de ella, Arno — dijo Cedric, y se marchó.
________
estaba medio aturdida. Miró esperanzada a Arno pero él rápidamente la ignoró.
El no le ofrecería ninguna ayuda y se ausentaría mientras el otro la violaba.
No podía dejar que sucediera eso, ¡ella no lo permitiría!
Recobró
algo de su antiguo coraje. Había luchado contra Tom y con cierto éxito. También
vencería a ese Cedric. El esperaría que ella fuera una victima fácil, no que le
hiciera frente. ________ contaría a su favor con ese elemento de sorpresa.
También
tenía su daga. Por alguna razón, ellos no se la habían quitado. Quizá no
imaginaban que ella la usaría contra ellos o creían que la empuñadura enjoyada
que brillaba en su cadera era un mero adorno. De todos modos se sintió
reconfortada al pensar en que todavía poseía su arma.
Arno
empezó a moverse en la habitación para preparar de comer. Después de poner a
hervir sobre el fuego una gran olla de sopa, reunió mantas para la cama de _________
a las que puso sobre un tapete frente al fuego. Con señas, le indicó que podía
dormir allí. Enseguida salió a ocuparse de los caballos.
________
caminó lentamente hacia su cama improvisada. Se sentía enferma del estómago por
la aprensión. Por la mañana mataría a un hombre o sufriría las consecuencias de
su intento. No estaba impaciente por enfrentar el resultado, cualquiera que
fuera.
El
aroma de la sopa era tentador. No había comido en todo el día. Pero temía que
si lo hacía no podría retenerla.
Se
tendió sobre el lecho de pieles. La cuerda de sus muñecas le molestaba. Pensó cortarla,
pero rápidamente descartó la idea. No quería perder su daga sólo por un poco de
comodidad. En cambio, desenvainó el arma y la puso debajo del tapete, al
alcance de sus manos. Antes de que Amo regresara se quedó dormida.
_________________________________________________________________________________
El
vikingo llamado Cedric no regresó a la mañana ni tampoco al día siguiente. En
realidad, _________ quedó sola con Arno más de una semana. Su resistencia fue
puesta a prueba esos primeros días. Cada pequeño ruido que oía, hasta el gemido
del viento, le parecía que era Cedric que volvía. Para ayudarse a pasar esos
primeros días ni siquiera tuvo la esperanza de que Tom la encontraría, porque
nevó la primera noche y durante tres días más. Ahora Tom no sabría que ella no
había dejado huellas que él pudiera seguir. Nunca imaginaría que se la habían
llevado en barco. Maldeciría a la nieve por haber cubierto las huellas pero eso
de nada serviría, porque buscaría al norte del fiordo y nunca se acercaría a
donde la tenían oculta.
—
¡Maldita nieve! ¡Malditos Arno y Cedric! ¡Maldita la mujer que dijeron que les
había hablado de ella! ¿Quién era esa mujer? ¿Cordelia había cumplido sus
amenazas? Pero Cordelia no podía hablar la lengua de estos hombres ni tampoco
sabía cómo encontrarlos. Le vino a la mente la desagradable escena con Morna.
Ella era la única capaz de intentar un juego tan sucio. Pero había otros que
podían sentir que tenían cuentas que ajustar: Bayard, Corm, hasta Hugh... y
especialmente el vikingo a quien había avergonzado hiriéndolo en un combate. Cualquiera
de esos hombres hubiera sido capaz de enviar una mujer para que se pusiera en
contacto con Cedric y Amo.
El
segundo día Arno se compadeció de ella y le desató las muñecas. Esa noche,
después que estuvo segura de que él dormía, ________ trató de escapar
sigilosamente. Pero él, muy astuto, había dejado una trampa inmediatamente
pasando la puerta: un carro lleno de leña con el que ella tropezó en la
oscuridad. Antes que ________ pudiera incorporarse éI estuvo a su lado y la
arrastró dentro de la casa. Ella lo maldijo en lengua celta y luchó con toda su
fuerza. Al fin él la dominó y después de eso la tuvo atada de noche a una barra
de hierro sobre el hogar redondo que había en medio de la habitación, de modo
que ella no hubiera podido alcanzar su daga si hubiese llegado a necesitarla.
Por lo menos, la dejaba suelta durante el día.
Después
que pasó una semana Arno empezó a impacientares. Gruñía entre dientes y esto
hizo que ________ se tranquilizara un poco. Quizá algo le había sucedido a
Cedric que le impedía regresar. Arno ya había demostrado que él no quería tener
a ________ aquí, no más de lo que ella deseaba estar aquí. Quizá la dejara
marcharse.
Pasaron
nueve días sin señales de Cedric y ________ por fin rompió el silencio y habló
con Arno. Ahora no tenía nada que perder, porque como no había nadie con quien
él pudiera hablar, ella no tenía posibilidad de enterarse de algo que pudiera
servirle.
El
estaba preparando pan para la comida matutina y se mostró irritable cuando ________
se le acercó.
—
Vuestro amigo parece haber olvidado que estamos aquí — empezó ella ganándose la
sobresaltada atención de él— . ¿Cuánto tiempo me tendréis aquí?
—
Habláis bien nuestra lengua.
—
Tan bien como vos — replicó ella.
—
Me dijeron que estuvisteis aquí poco tiempo. Debisteis tener un buen maestro
para aprender una nueva lengua tan rápidamente. ¿Quién fue vuestro maestro?
—
Un hombre que me enseñó muchas cosas — repuso ella con calma y se acercó más— .
Una de esas cosas es que en esa tierra no se puede conservar lo que se le quita
a otro, ni aun pagándolo muy caro.
Las
palabras dieron en el blanco y Arno saltó nerviosamente de la mesa como si Tom
ya estuviese aquí para rescatarla.
—
¡El joven Kaulitz nunca sabrá que fuisteis traída aquí!
—
Lo sabrá con el tiempo — dijo ________ con esperanza— . El conoce bien la
tierra y registrará cada centímetro. Y cuando no me encuentre allí, buscará por
este lado.
—
No, antes de eso renunciará.
—
¿De veras lo creéis, vikingo? Lo que vosotros no tomasteis en cuenta es que yo
amo a Tom Kaulitz y él me ama a mí — dijo esta verdad a medias con convicción—
Es el amor lo que nos une y el amor puede superar todos los obstáculos.
Arno
se sentó y la miró fijamente, haciéndola ponerse nerviosa.
—
Quizá, mujer. Pero eso no está en mis manos. Yo sólo estoy cuidándoos para otro.
—
¡Vos ayudasteis a traerme aquí! — lo acusó ella, apuntándole con un dedo— . Me
impedisteis huir. Sois tan responsable como vuestro amigo.
—
¡Basta de palabrerío, mujer! — estalló él— . Me gustabais más cuando parecía
que no teníais lengua.
—
Sabéis que yo digo la verdad. Tom no perdonará esto a menos que me soltéis
ahora.
—
No me toca a mí esa decisión. Guardaos vuestros argumentos para Cedric. Ahora
sois de él.
—
¡Moriré antes de ser suya! — replicó _________ profundamente asqueada y en
seguida bajó la voz— . Cedric ahora no está aquí. Podéis dejarme en libertad
antes de que regrese.
—
El es mi amigo, mujer, el único que tengo — respondió él— . Yo puedo no estar
de acuerdo con lo que hace, pero lo mismo él tiene mi lealtad.
—
¡Vuestro amigo os causará la muerte! — le advirtió ________, recurriendo a
cualquier cosa para hacerlo razonar.
—
Hay poca verdad en lo que decís, porque Tom Kaulitz no os buscará aquí. Y si
llegara a hacerlo, sería demasiado tarde porque para entonces Cedric se habrá
hartado de vos y os habrá vendido lejos de aquí. Sabed esto, mujer. Mi lealtad
es para Cedric y su familia. Yo tengo una granja en tierra de ellos. Soy
vasallo del padre de Cedric, Latham Borgsen. Lo que pedís haría que me cortasen
el cuello antes de lo que lo haría vuestro amo.
—
Entonces consideradme vuestra aliada. Por vuestras propias palabras, sé que él
no aprobará lo que habéis hecho.
—
¡Basta! — ________ hizo un último intento.
—
¡Por favor!
Se
humilló inútilmente porque Arno salió airadamente de la habitación, dejándola
exhausta por el intento y devastada por el fracaso. Cuando Arno regresó, ________
estaba otra vez callada. El no hizo ningún intento por cambiar eso. Y entonces,
poco después del mediodía, por fin llegó Cedric.
Desde
el momento que él entró en la habitación ________ se sintió como si fuera la
largamente esperada comida de una bestia hambrienta. Los ojos de Cedric no se
apartaron de ella. Sus lascivas intenciones fueron tan evidentes que Arno se
mostró reticente a pedirle explicaciones de su larga ausencia y desvió la
vista, incómodo.
Cedric
se quitó la capa y los ojos de _________ fueron atraídos por esos brazos
desnudos, musculosos, cubiertos de cicatrices. Había fuerza allí y _________
conocía el poder de un hombre decidido a someterla, especialmente de un hombre
con fuerza.
¿Qué
posibilidades tenía? Claro que ella nunca había querido matar a Tom, ni
siquiera al principio. A este hombre sí, a este hombre podría matarlo sin
remordimientos.
—
¿Os ha causado problemas mi hermosa cautiva? — preguntó Cedric a Arno, aunque
sus ojos siguieron fijos en _________.
—
No hasta hoy.
—
¿Cómo?
—
Ella habla nuestra lengua Cedric, y muy bien.
—
¿Es verdad eso, mujer?
________
no respondió sino que se acercó a su cama improvisada donde estaba oculta su
única esperanza. Debía tener el control de la temida situación cuando se
produjera.
—
También conoce nuestros nombres — continuó Arno— Si Kaulitz alguna vez la
encontrase, ella se lo contaría todo. Os dije que nunca debimos raptarla.
—
Parecéis preocupado cuando no hay necesidad. El nunca la encontrará.
—
¿La venderéis pronto?
—
No, creo que no. Si Kaulitz la busca aquí lo mataremos. Así de simple.
—
¿Habéis perdido el sentido, Cedric?
—
¡Basta! Me he demorado demasiado pues mi padre me envió a buscar un caballo comprado
a su primo. Todo el tiempo no pensé en otra cosa que en ella y no esperaré más
para tomarla — de pronto soltó una carcajada— . ¿Os quedaréis a mirar, Arno?
¿No es tiempo de que vayáis a presentar vuestros respetos a mi padre?
Arno
miró a Cedric. Después miró a _________ y vio su silenciosa petición de ayuda,
pero rápidamente se volvió. Exasperado, salió de la habitación y dio un portazo
al marcharse.
CHICAS... aqui con un nuevo capi... aunque lo subi mas tarde porque tenia trabajo ¬¬ jajaja...
Les tengo malas noticias..... ya que este fin de semana no creo que les pueda subir capi.. porque mañana tengo que ir al instituto a matricularme.. y el domingo tengo que salir.. asi que no voy a tener tiempo... pero sin falta... el lunes les subire otro capi =)
Espero que les guste este... ademas que practicamente les deje dos xd ajajaja
Cuidence
Las Quiero
Bye =D
PD: Pero sin falta voy a leer mis ficc preferidas... asi que Lora, Ale y Virgi.. espero que suban *-* en sus ficc... ya que me encantan todos sus historias... =)